Durante su reciente visita a Colombia, la general Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, no sostuvo una reunión con el presidente Gustavo Petro, una ausencia que no ha pasado desapercibida en el panorama político nacional e internacional.
Aunque no se ha emitido una explicación oficial sobre esta omisión, varios factores podrían estar detrás de esta decisión diplomática:
- Tensiones recientes en la relación bilateral: La negativa del gobierno colombiano a aceptar vuelos con deportados en meses anteriores generó fricciones con Washington, al punto de que se anunciaron sanciones arancelarias que luego fueron retiradas. Este episodio dejó huella en la dinámica diplomática.
- Choques en políticas de seguridad: Petro ha cuestionado la tradicional política antidrogas estadounidense y propone un enfoque más ambiental y social, lo que podría estar en desacuerdo con las prioridades estratégicas del Comando Sur.
- Cambios políticos en EE.UU.: La vuelta de Donald Trump a la presidencia ha traído una nueva línea en política exterior que podría estar influyendo en el nivel de apertura hacia gobiernos progresistas en la región.
La general Richardson sí sostuvo reuniones con altos funcionarios como el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y participó en el Seminario Mujeres, Paz y Seguridad en Santa Marta. Sin embargo, la ausencia de un encuentro con el mandatario colombiano deja entrever un posible enfriamiento en las relaciones bilaterales en un momento clave para la seguridad regional.
