El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se refirió nuevamente a la situación en Venezuela, marcando distancia con el régimen de Nicolás Maduro, pero reiterando su rechazo a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y otros países. En declaraciones recientes, Petro afirmó que «el bloqueo no es una solución» y sostuvo que esta medida ha afectado de manera desproporcionada al pueblo venezolano, agudizando la crisis humanitaria, el desempleo y la migración masiva.

Aunque Petro ha sido considerado por algunos sectores como un aliado ideológico de gobiernos de izquierda en América Latina, sus palabras indican una posición más matizada frente al chavismo. “La solución a la crisis en Venezuela no puede imponerse desde fuera, pero tampoco puede ignorarse la necesidad de elecciones libres, instituciones sólidas y respeto a los derechos humanos”, expresó el mandatario colombiano en un evento público.

Petro subrayó que es necesario “construir puentes y no muros” entre los pueblos, y llamó a la comunidad internacional a apoyar procesos de negociación entre el gobierno venezolano y la oposición, sin recurrir a medidas unilaterales que perpetúan el conflicto. Según el mandatario, la vía democrática debe ser el único camino, y la región debe unirse para garantizar que se respeten las garantías electorales y los principios del Estado de derecho.

Estas declaraciones se dan en un momento clave, cuando Venezuela se prepara para una nueva jornada electoral en medio de tensiones, inhabilitaciones a candidatos opositores y crecientes cuestionamientos desde organismos internacionales. Petro, al igual que otros líderes latinoamericanos, ha insistido en que la transparencia y la participación de todas las fuerzas políticas son esenciales para restaurar la legitimidad del sistema político venezolano.

El presidente también aprovechó para reiterar su compromiso con los derechos de los migrantes venezolanos en Colombia, donde residen más de dos millones de ellos, muchos en condiciones de vulnerabilidad. Señaló que “la solución al fenómeno migratorio no puede ser la xenofobia ni la indiferencia, sino la integración y la solidaridad regional”.

Con estas declaraciones, Petro busca posicionarse como un líder que, si bien se distancia de los enfoques intervencionistas, tampoco guarda silencio frente a las violaciones a la democracia. Su mensaje es claro: ni bloqueos ni autoritarismo, sino democracia real y justicia social.