En un giro dramático que ha puesto en jaque la credibilidad del Gobierno y los organismos de inteligencia, el Ministerio de Defensa confirmó este lunes que alias ‘Iván Mordisco’, jefe máximo de las disidencias de las FARC, no ha sido neutralizado, como se había asegurado durante meses.

La noticia cayó como un rayo en medio del debate sobre la seguridad nacional. Lo que parecía un golpe certero al corazón de la insurgencia, hoy se desvanece entre dudas, contradicciones y un mensaje claro: el hombre más buscado del país sigue con vida y libre en la selva.

Una falsa victoria

En julio del año pasado, el país celebraba lo que fue presentado como una victoria histórica: la supuesta muerte de ‘Iván Mordisco’ en un bombardeo en el sur del país. Las autoridades anunciaban el éxito con orgullo. Sin embargo, nunca se presentó el cuerpo, nunca hubo una prueba forense concluyente, y los rumores comenzaron a crecer.

Hoy, tras una intensa presión mediática y múltiples filtraciones, el Ministerio de Defensa se ve obligado a admitir lo que muchos temían: no hay evidencia que confirme la muerte del cabecilla insurgente. Todo indica que la operación falló, y que el líder guerrillero logró escapar una vez más.

¿Fracaso de inteligencia?

La confirmación del MinDefensa ha levantado una nube de cuestionamientos sobre la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas y la veracidad de la información que se comparte con el país. ¿Fue un error de inteligencia? ¿Se manipuló la información para mostrar resultados ante la opinión pública? ¿O se subestimó al enemigo?

Analistas coinciden en que este caso representa un grave golpe a la confianza ciudadana y un retroceso en la lucha contra los grupos armados ilegales.

“No se puede jugar con la verdad cuando se trata de seguridad nacional. La figura de ‘Iván Mordisco’ representa un símbolo de violencia y terror que sigue vigente”, afirmó un excomandante del Ejército bajo reserva de identidad.

La amenaza persiste

Alias ‘Iván Mordisco’, cuyo nombre real es Néstor Gregorio Vera Fernández, ha sido señalado como el principal responsable de ataques armados, secuestros, reclutamiento de menores y tráfico ilegal en varias regiones del país. Su organización controla rutas estratégicas del narcotráfico y mantiene alianzas con otras estructuras criminales.

Su supuesta muerte había sido vista como un debilitamiento clave del bloque armado; ahora, con la verdad al descubierto, la amenaza se multiplica.

Reacciones encendidas

La respuesta no se ha hecho esperar. Desde la oposición política hasta organizaciones defensoras de derechos humanos han exigido explicaciones. Algunos sectores hablan incluso de una posible “manipulación mediática” por parte del Gobierno anterior.

“La ciudadanía merece la verdad. Nos mintieron descaradamente y pusieron en riesgo la vida de quienes sí luchan por la paz del país”, expresó un senador del partido Cambio Radical.