La foto suministrada a El Tiempo para ilustrar un informe de la Unidad Investigativa que pone injustificadamente en entredicho al fiscal Barberi de la Dirección Nacional de Extinción de Dominio.
La foto suministrada a El Tiempo para ilustrar un informe de la Unidad Investigativa que pone injustificadamente en entredicho al fiscal Barberi de la Dirección Nacional de Extinción de Dominio.
La foto suministrada a El Tiempo para ilustrar un informe de la Unidad Investigativa que pone injustificadamente en entredicho al fiscal Barberi de la Dirección Nacional de Extinción de Dominio.

José Fernando Barberi Forero, fiscal especializado de la Dirección Nacional de Extinción de Dominio, tiene bajo su responsabilidad varios procesos que afectan a antiguos jefes del paramilitarismo y de las FARC. ¿Por qué le mueven el piso al fiscal Barberi?

Lo peor de todo es que se está instrumentalizando al periodismo con pose de investigación de grandes medios de comunicación como El Tiempo. Parece indicar que es una campaña de desprestigio contra el alto fiscal con el fin de moverle el piso y quitarlo del cargo. La idea es colocar a un funcionario como instrumento para garantizar impunidad a esos jefes del crimen que despojaron de las tierras a campesinos de la Costa Caribe.

Todo hace señalar que se busca debilitar la capacidad de desempeño del fiscal que está persiguiendo «las propiedades» de los jefes criminales mediante la figura de extinción de dominio.

El fiscal Barberi, una historia digna de contar

El fiscal Barberi en su tiempo de capitán de infante de Marina. Esta foto se la suministraron a El Tiempo.
El fiscal Barberi en su tiempo de capitán de infante de Marina. Esta foto se la suministraron a El Tiempo.

El verdadero periodismo de investigación debe enfocarse en las causas y efectos de los hechos. No puede mirar esos hechos en forma aislada. Si lo hace, las ramas impedirán ver el gran bosque. Es lo que está haciendo la Unidad Investigativa de El Tiempo. De esta forma, este medio de comunicación se está convirtiendo en una fábrica de suspicacias para dañar el buen nombre de personas —que como Barberi— fue víctima de los giros chuecos de la misma justicia.

Se debe aclarar que Barberi Forero antes de ser fiscal, tuvo una brillante carrera militar, la cual fue afectada por el complot contra el almirante Arango Bacci. A principio de la década del 2000 fue comandante de una de los batallones móviles que tuvo su operatividad en el Nudo del Paramillo. Sus resultados fueron elocuentes.de acuerdo al respeto por las normas del derecho internacional humanitario.

Como ya tenía mucho tiempo internado en medio de la selva del Paramillo, al norte del río Sinú, en 2006, Barberi pidió el traslado del ejército a la Infantería de Marina, como reza en su hoja de vida expedida por la Armada Nacional. Un año más tarde, fue llamado a calificar servicios. Pasó a ser un oficial en uso de buen retiro de las Fuerzas Militares de Colombia. Lo dice la resolución N° 5818 del 20 de diciembre del año 2007 en poder de VoxPopuli.Digital. Barberi no supo la causa de su retiro hasta cuando se develó el complot y se demostró que fue víctima del infame montaje para perjudicar al contraalmirante Gabriel Arango Bacci y, de contera, a los demás oficiales que fueron llamados a calificar servicios.

El fiscal Barberi y su familia, revictimizada

El oficial Barberi cayó en el complot que se le tendió al almirante Gabriel Arango Bacci, quien injustamente pagó 18 meses de cárcel por decisión de la fiscalía. La Corte Suprema de Justicia declaró inocente al alto oficial. Ahora el Consejo de Estado condenó a la nación a pagar una multimillonaria indemnización por los daños materiales y morales causados al almirante Arango Bacci. Barberi sufrió las consecuencias de ese vil montaje orquestado desde el alto gobierno, la fiscalía y de la misma Armada Nacional.

En ese tiempo —como consecuencia de ese complot criminal— al oficial lo retiraron. Le quitaron la visa a Estados Unidos. Incluso, le negaron su acceso al Club de Oficiales. Fue un período profundamente triste para la familia Barberi Alvarado. Si bien le regresaron la visa y lo volvieron a admitir en el Club de Oficiales, su buen nombre sigue estando en la mira de la corrupción. Una familia nuevamente victimizada por una denuncia temeraria de un fiscal y oficial profesional de la reserva. Además, fue instrumentalizado el periodismo y uno de los medios de comunicación más importantes del país. Que no es lo mismo.

¿Por qué le mueven el piso al fiscal Barberi?

Barberi fue denunciado por una nimiedad que no se constituye en delito ni en una falta disciplinaria. Tampoco es una contravención. La investigación adelantada por la fiscalía por denuncia del fiscal Ricardo Bejarano Beltrán fue archivada por no haber mérito. Veamos la historia. El 13 de noviembre de 2019, la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura profirió auto en el cual resolvió:

“Inhibirse de iniciar actuación disciplinaria en contra de José Fernando Barberi Forero, en su condición de Fiscal Delegado ante los Jueces Penales del Circuito Especializado”.

Por su parte, la Fiscalía General de la Nación adelantó investigación penal que determinó archivar el proceso el pasado 29 de abril de 2021. ¿Por qué la archivó? No hubo elementos probatorios, evidencias físicas e información legalmente obtenida. Bejarano denunció nuevamente a Barberi por estos mismos hechos. La investigación la adelanta la fiscalía 90 ante el Tribunal. Podría estar incurso en una temeridad Jurídica.

Desde este punto, se debe partir la investigación periodística con el fin de contar la verdadera historia y presentar otros hechos que pudiesen controvertir la decisión del Consejo de la Judicatura o de la misma fiscalía. De lo contrario, se convierte en un chisme de café y en una información temeraria con el ánimo de perjudicar el buen nombre del fiscal Barberi, de su esposa y familia.

¿Por qué El Tiempo se interesó en un hecho superado?

No se trata de dar lecciones de periodismo de investigación, que es la especialidad de este periodista y de VoxPopuli.Digital. Simplemente es caer en la cuenta que de por medio está el honor, el buen nombre y la reputación de unos funcionarios que gozan de una buena fama en sus respectivos medios de trabajo. Según se pudo constatar.

En un día como hoy —el pasado domingo 11 de diciembre 2022— El Tiempo publicó un artículo de la Unidad Investigativa muy temerario. Se tituló:

“El favor a una alta funcionaria del Congreso que tiene en líos a un fiscal”

¿Líos? indudablemente el informe está salpicado de calumnia y de chisme, muy a pesar de presentar supuestas evidencias de un hecho que fue aclarado debidamente por la misma justicia.

«Al despacho del fiscal general, Francisco Barbosa, han llegado varias cartas con el sello de urgente en el que se le pide que se le haga un seguimiento especial a una denuncia en contra de uno de los fiscales especializados de la Dirección Nacional de Extinción de Dominio de la entidad».

La maledicencia de quienes generaron y produjeron la información es evidente. ¿El periodismo puede ser instrumento de las bajas pasiones o de intereses oscuros del crimen? La respuesta es negativa. Nuestro periodismo es irreverente, si se quiere, pero no es instrumento de nadie.

El hecho

Vamos al hecho. En 2019, el alto funcionario de la fiscalía acompañó a su esposa, Silvia Ximena Alvarado, secretaria general de la Comisión de Inteligencia y Contrainteligencia del congreso, a la imprenta de las Fuerzas Militares con el fin de mandar a imprimir 200 tarjetas (esquelas) con sello de seguridad.

Por este servicio, la funcionaria pagó $206 mil y su esposo firmó un recibo informal que por equivocación, la ayudantía de la imprenta le colocó como coronel. En tanto el coronel Luis Fernando Salgado Romero, Ayudante General del Ejército Nacional, en su momento certificó que el documento de marras del 2 de abril de 2019, obedeció a una solicitud informal y de mero trámite.

El fiscal Barberi es un oficial de buen retiro y no salió por mala conducta. Fue victimizado por el complot político anidado en el alto poder. O sea, su conducta superó el rigor de la justicia. El informe de El Tiempo es maledicente desde el comienzo hasta el final. ¿Por qué este diario propiedad de Luis Carlos Sarmiento perdió la rigurosidad de la investigación periodística de los tiempos de Enrique Santos Calderón?

Aquí no se juzga a nadie. Lo cierto es que existe un móvil más oscuro en esta conducta que busca moverle el piso a un fiscal que tiene resultados en la extinción de dominio de la mafia. Una mafia que todavía se encuentra incrustada en el Alto Poder y mueve los hilos de la truculencia y la maledicencia de un periodismo sin rigor investigativo. ¿Qué tipo de mafia está detrás de estos hechos resultantes? Será el tema de nuestra próxima entrega.

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