Aunque la administración distrital celebra la renovación del parque Espejo como un avance hacia la sostenibilidad urbana, no todos los ciudadanos comparten el mismo entusiasmo. Algunos residentes del norte de Barranquilla han cuestionado si esta intervención responde realmente a las necesidades más urgentes del sector.
Si bien el parque ahora cuenta con senderos ecológicos, luminarias solares y zonas verdes recuperadas, hay voces que señalan que estas mejoras no compensan el abandono de otras problemáticas estructurales, como la falta de seguridad, el deterioro vial y la carencia de servicios públicos en áreas aledañas.
“Es bonito, pero seguimos teniendo calles rotas, basura acumulada y falta de presencia policial. ¿De qué sirve tanto árbol si no se puede caminar tranquilo?”, expresó Jorge Castillo, vecino del sector.
Además, algunos colectivos ambientales han señalado que, aunque se habla de sostenibilidad, no se ha socializado con suficiente claridad el impacto ambiental de la obra ni los criterios técnicos detrás de la selección de especies vegetales o materiales usados.
A pesar de las críticas, la Alcaldía insiste en que esta renovación forma parte de un plan integral de recuperación de espacios públicos bajo criterios ecológicos. Sin embargo, la comunidad exige mayor transparencia, participación ciudadana y una visión más amplia del concepto de sostenibilidad urbana.