El país crece semanalmente en el volumen de vacunas recibidas y en el número de dosis aplicadas. Actualmente, se aplican alrededor de 350.000 dosis por día,
lo que ha permitido abrir secuencialmente y de manera ágil las diferentes etapas del Plan Nacional de Vacunación.
Las personas con las comorbilidades descritas en la Decreto 630 de 2021 se
encuentran habilitadas para ser inmunizadas contra el nuevo coronavirus sin
necesidad de estar en Mi Vacuna, solo con presentar el certificado médico en
el que el profesional de la salud certifique que el paciente tiene la patología,
este puede ser vacunado.
Entre esas condiciones que generan mayor riesgo de producir cuadros graves
o incluso la muerte por el virus SARS-CoV-2, están la insuficiencia cardiaca
congestiva – ICC, y el trastorno del espectro autista – TEA.
Por ende, el Ministerio de Salud y Protección Social refuerza el llamado a la
población que se encuentra bajo estos diagnósticos a vacunarse contra el
covid-19. A esta invitación se suman las agremiaciones científicas
colombianas, como la Asociación Colombiana de Psiquiatría y la Asociación
Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, que, además,
corroboraron que no existe ninguna contraindicación para estos pacientes.
“La vacuna es la forma ideal de detener esta pandemia y, asimismo, frenar la
vulnerabilidad que tienen los pacientes con estas enfermedades a padecer
cuadros graves y letalidad por el nuevo coronavirus”, afirmó Nubia Bautista,
subdirectora de Enfermedades No Transmisibles de la cartera de Salud.
¿Qué son?
En primer lugar, la insuficiencia cardiaca congestiva se caracteriza por la
incapacidad de bombear sangre a los órganos o tejidos por una afectación
directa o indirecta al músculo del corazón. Generalmente, esta enfermedad es
crónica y no tiene cura; sin embargo, hay tratamientos que permiten controlar
y manejar los síntomas de la enfermedad.
En el mundo, 64 millones de personas sufren de falla cardiaca y, al año, el 16
% de las personas que sufren de esta enfermedad mueren. En Colombia,
según los registros oficiales se estiman que 297.261 sufren de esta condición.
La mortalidad por ICC muestra una tendencia al ascenso. “Mientras que en
2016 las estadísticas vitales reportaron 387 casos, en 2019 se registraron 428,
representando este último una tasa de mortalidad para 2018 de 4,27 por cada
100.000 habitantes”, explicó Bautista.
En cuanto a la morbilidad, añadió Bautista, en 2015 el número de personas
atendidas y reportadas a través de RIPS fue de 9.552, y en 2019 de 20.715,
lo que representó en cuatro años una incidencia de 11.163 colombianos con
esta patología.
Trastorno del espectro autista
Los trastornos del espectro autista son un grupo de alteraciones o déficit del
desarrollo de características crónicas, que afectan de manera distinta a cada
persona.
“Los TEA se definen como una disfunción neurológica crónica con fuerte base
genética, que, desde edades tempranas, se manifiesta en una serie de
síntomas en la comunicación, flexibilidad, imaginación e interacción social. El
término ‘espectro’ se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad”,
reseñó Bautista.
El conocimiento hasta ahora, dijo, sugiere una estructura multicausal que
incluye una condición genética sumada a un factor ambiental en etapas
tempranas del desarrollo del sistema nervioso central (etapa gestacional y los
primeros 2 años de la vida postnatal).
Se desconoce el factor causal en el 90 % de los casos y en el otro 10 % se
han identificado eventos de carácter genético, cromosómicos y no
cromosómicos, y otros de carácter ambiental que afectan el desarrollo del
SNC.
Se estima que, a nivel global, aproximadamente una de cada 270 personas
tiene un TEA. En 2020, a través de los registros de atención en Colombia, se
reportaron 10.129 personas atendidas con diagnósticos de autismo, de los
cuales 8.124 fueron hombres.
Entre sus factores de riesgo se encuentran las exposiciones infecciosas o
toxicas al SNC (pre o perinatales), trastornos metabólicos, asfixia perinatal o
el parto por cesárea. También puede aparecer con frecuencia variable en
síndromes neurocutáneos o en otros síndromes neurológicos.
“Las personas con TEA tienen una presentación diversa de síntomas, por
ejemplo, algunas personas evitan el contacto social, mientras que otros son
excesivamente sociales e intrusivos, también varía el nivel de funcionamiento
cognitivo, por ejemplo, de la discapacidad intelectual grave a muy por encima
de la inteligencia promedio, y su capacidad para funcionar en situaciones de
la vida real”, concluyó Bautista.