A medida que avanza el juicio penal contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, Colombia presencia un hecho sin precedentes: por primera vez, un exmandatario de la República es llamado a responder ante la justicia por presuntos delitos relacionados con manipulación de testigos y fraude procesal. Lo que comenzó como una pugna política con el senador Iván Cepeda en 2012, se ha transformado en un proceso judicial de alto impacto que mantiene en vilo a la opinión pública.
Tras más de cinco semanas de audiencias en los juzgados de Paloquemao en Bogotá, el caso ha llegado a un punto crítico. Este 7 de mayo se cumplió el día 35 del juicio, con Álvaro Uribe completando su tercer día de declaración ante la jueza Sandra Liliana Heredia.
Una defensa emocional y desafiante
Durante la jornada, el exmandatario insistió en su inocencia y afirmó que su único propósito era defender su nombre ante acusaciones infundadas. “No he ido a buscar testigos; he ido a verificar versiones que me señalaban falsamente”, dijo ante la jueza, en un tono que mezcló firmeza con carga emocional.
Uribe también reveló detalles íntimos, como su petición a sus hijos para que, tras su muerte, cuiden al personal de seguridad que ha protegido a su familia por años. “Eso es algo muy del alma”, expresó, en uno de los momentos más personales del proceso.
Los hechos detrás del juicio
La génesis del caso se encuentra en las denuncias que el entonces senador Iván Cepeda presentó en 2012, en las que vinculaba a Uribe con el paramilitarismo en Antioquia. Uribe respondió con una denuncia por manipulación de testigos. Pero en 2018, la Corte Suprema, en lugar de investigar a Cepeda, abrió un proceso contra Uribe tras encontrar indicios de que había intentado influir en exparamilitares para que declararan en su favor.
En 2020, Uribe renunció al Senado, movida estratégica que permitió que el caso pasara de la Corte Suprema a la Fiscalía General de la Nación. Tras años de investigación, la Fiscalía formuló cargos en 2023, y el juicio comenzó en marzo de 2025.
El rol de Diego Cadena y las dudas sobre los testigos
Uno de los elementos clave del caso es la actuación del abogado Diego Cadena, quien habría ofrecido beneficios a presos para que testificaran a favor de Uribe. La defensa del expresidente alega que Cadena actuó por su cuenta, sin conocimiento pleno de Uribe.
Entre los testigos más importantes se encuentran Juan Guillermo Monsalve y Pablo Hernán Sierra, exparamilitares que aseguran haber visto a Uribe participar en la organización de grupos armados en la finca Las Guacharacas. El expresidente niega cualquier relación directa con ellos y cuestiona su credibilidad.
Un juicio que va más allá de los tribunales
El proceso judicial no solo pone a prueba la credibilidad del sistema judicial colombiano, sino que también reabre debates profundos sobre la relación entre el poder, el conflicto armado y la verdad histórica del país. Para algunos, el juicio es un acto de justicia. Para otros, se trata de una persecución política contra una figura que aún conserva gran influencia.
La defensa de Uribe ha solicitado la citación de más de 75 testigos, lo que sugiere que el juicio podría extenderse por varios meses. Lo que está en juego no es solo el futuro judicial de un expresidente, sino también la legitimidad de las instituciones y el mensaje que Colombia quiere enviar al mundo sobre el imperio de la ley.
Conclusión
Álvaro Uribe, quien gobernó bajo la bandera de la seguridad democrática y marcó una era en la política nacional, ahora enfrenta una de las pruebas más duras de su vida pública. El juicio continúa, con audiencias programadas para las próximas semanas. Mientras tanto, el país observa expectante, dividido entre el respaldo incondicional y la demanda de justicia sin privilegios.