El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó la decisión de abandonar anticipadamente la Cumbre del G7 en Alberta, Canadá, para atender de manera directa la crisis entre Israel e Irán. En declaraciones a la prensa, el mandatario calificó la situación como “una amenaza inminente” y ordenó la evacuación inmediata de ciudadanos estadounidenses en Teherán.

Trump se negó a firmar la declaración conjunta del G7, alegando desacuerdos con sus aliados europeos sobre el tratamiento diplomático hacia Irán. Mientras líderes como Emmanuel Macron y Rishi Sunak piden contención, Trump ha reiterado su respaldo “incondicional” al gobierno israelí y afirmó que “Estados Unidos no negociará con terroristas”.

En el marco del G7, la tensión fue evidente. Japón y Canadá pidieron una postura común frente a la proliferación nuclear, mientras que Alemania propuso reactivar el acuerdo nuclear de 2015. El presidente estadounidense descartó esta opción.

Los mercados financieros internacionales reaccionaron negativamente a la salida de Trump, y los temores de una recesión mundial comienzan a crecer si el conflicto se prolonga. Analistas consideran que la ruptura del G7 frente a Irán puede tener efectos diplomáticos duraderos.

Con la salida de Trump, el liderazgo del G7 queda en entredicho, y crecen las expectativas sobre una futura reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de la ONU.