La madrugada en el río Patía Guandipa, en la costa pacífica nariñense, se tiñó de tensión y tragedia. En medio de la oscuridad, una unidad fluvial de la Infantería de Marina de la Armada Nacional se encontró de frente con una embarcación desconocida que navegaba a alta velocidad y sin luces de navegación. El encuentro terminó en fuego cruzado, un hombre muerto y otro herido.

Según el comunicado oficial de la Fuerza Naval del Pacífico, los hechos ocurrieron mientras los infantes desarrollaban operaciones de acción decisiva y apoyo institucional en una zona de fuerte influencia de grupos armados organizados. La embarcación, que se desplazaba en sentido contrario, fue considerada una amenaza por la tripulación militar, que respondió con sus armas siguiendo los protocolos de uso de la fuerza.

El impacto fue inmediato: dos ocupantes resultaron heridos. Uno de ellos perdió la vida en el lugar, mientras que el otro recibió atención de emergencia por parte de un enfermero de combate y posteriormente fue evacuado al hospital de Mosquera, donde permanece bajo observación médica.

Investigación en curso

La Armada Nacional lamentó lo sucedido, expresó condolencias a los familiares de la víctima y anunció la apertura de una investigación para esclarecer las circunstancias del hecho. Una comisión fue enviada a la zona con el fin de verificar en terreno los pormenores del choque.

“El personal actuó para salvaguardar su vida e integridad física”, señaló la institución en el comunicado, al tiempo que reiteró a la comunidad la necesidad de respetar la normatividad de navegación fluvial y marítima, especialmente en horarios nocturnos y en áreas de operaciones militares.

Sin embargo, las investigaciones preliminares señalan que se trataba de la embarcación oficial de la alcaldesa del municipio de Mosquera Nariño, Karen Pineda, que se movilizaba por la zona durante la madrugada. Fuentes cercanas al caso aseguraron que los guardacostas que realizaron la inspección no tenían información sobre el paso del bote, lo que derivó en la confusión fatal.

El río Patía Guandipa es uno de los corredores fluviales más complejos del Pacífico nariñense. Su ubicación estratégica lo ha convertido en ruta de tránsito no solo para comunidades ribereñas, sino también para actividades ilícitas como el tráfico de drogas, contrabando y movilidad de estructuras armadas ilegales que operan en Tumaco y sus alrededores.

En los últimos meses, la Infantería de Marina ha intensificado operaciones de control en esta zona, donde se han reportado enfrentamientos, incautaciones de cargamentos ilegales y choques con embarcaciones que intentan evadir los controles.

Aunque aún no se conoce públicamente la identidad de las víctimas, la noticia causó conmoción en las comunidades cercanas. Habitantes de la región señalan que, por la alta militarización y el constante tránsito de lanchas rápidas en horas de la noche, los riesgos de encuentros violentos se han vuelto parte del día a día.

Lo cierto es que, en Tumaco y sus ríos, la frontera entre la vida cotidiana y la guerra sigue siendo difusa.