La Superintendencia Nacional de Salud reconoció que las deudas a hospitales y clínicas no son hechos aislados, sino una consecuencia estructural del modelo actual de aseguramiento en salud. El pronunciamiento se dio tras el informe de cartera presentado por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), que alertó sobre los crecientes retrasos en los pagos de las EPS a los prestadores.

De acuerdo con el superintendente Giovanny Rubiano García, la deuda reportada por 28 EPS a corte de junio de 2025 asciende a 12,8 billones de pesos, cifra que corresponde únicamente a obligaciones ya reconocidas y facturadas, pendientes de pago. Este valor no incluye la información de la Nueva EPS, que aún no ha entregado sus estados financieros actualizados.

El funcionario recordó que existe una diferencia histórica entre lo que las EPS reportan como obligaciones y lo que los hospitales y clínicas registran como cuentas por cobrar. Mientras las aseguradoras solo reconocen los montos auditados, los prestadores incluyen en sus balances facturas que aún no han sido revisadas. Esta brecha genera tensiones y falta de claridad en la magnitud real de la deuda.

Estrategias de control y auditoría

Rubiano destacó que, por primera vez, la entidad está implementando auditorías forenses y revisiones detalladas de la facturación con el fin de identificar el origen y destino de los recursos de la salud. Estas acciones buscan mejorar el flujo de dinero hacia los prestadores y garantizar transparencia en las cuentas.

En el caso de la Nueva EPS, el mayor deudor del sistema, el superintendente señaló la necesidad de revisar más de 11 billones de pesos en anticipos, correspondientes a servicios prestados y pagados que aún no se han aplicado contablemente. Para este proceso, Supersalud acompaña de manera permanente la depuración y reconocimiento de facturas represadas.

Mesas de conciliación y vigilancia

La entidad mantiene activas mesas técnicas de flujo de recursos, encuentros con autoridades territoriales y jornadas de conciliación para depurar cartera y facilitar acuerdos de pago entre EPS e IPS.

El informe también revela que las deudas se concentran en once EPS bajo medida de la Superintendencia, que afilian al 60 % de los usuarios del sistema. Varias de estas entidades, como Nueva EPS y Coosalud, presentaron estados financieros que no reflejaban con exactitud su situación real.

Un llamado al sector

El mensaje de Supersalud fue claro: el sistema necesita mayor control y transparencia en el manejo de recursos, similar al que se aplica en el sector financiero. El superintendente exhortó a las EPS a regularizar giros, reconocer pagos pendientes y avanzar en la depuración de sus cuentas.

“Solo con cifras claras y procesos ordenados podremos dar sostenibilidad al sistema y garantizar que los recursos lleguen oportunamente a los hospitales, clínicas y centros de salud que atienden a millones de colombianos”, concluyó Rubiano.