La situación de Spirit Airlines se ha vuelto crítica en los mercados financieros tras la reciente publicación de un informe del Wall Street Journal que
La crisis de Spirit Airlines se ha agravado después de que JetBlue Airways, que previamente había ofrecido $3.800 millones para adquirir la aerolínea, decidió retirar su oferta en marzo de este año. Esta decisión estuvo influenciada por un fallo judicial adverso impulsado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que intervino por preocupaciones antimonopolio. La compra de Spirit habría resultado en la creación de la quinta aeronave más grande del país, lo que generó inquietudes.
Con la retirada de la oferta de JetBlue, Spirit se ha visto en la necesidad de reestructurar su deuda, una situación que podría llevarla a acogerse al capítulo 11, que permite a las empresas seguir operando mientras reorganizan sus obligaciones financieras. Esta incertidumbre ha impactado negativamente en sus acciones. Sin embargo, en contraste, las acciones de JetBlue han subido casi un 16%, reflejando quizás el alivio de los inversores por haber evitado la adquisición compleja en un entorno de supervisión regulatoria estricta.
El futuro de Spirit Airlines es incierto, y los próximos pasos dependerán en gran medida de las negociaciones con sus acreedores y la viabilidad de su reestructuración bajo el marco del capítulo.