Una nueva grieta se abre dentro del partido Cambio Radical luego de que algunos de sus senadores se abstuvieran de votar en contra de la consulta popular propuesta por el presidente Gustavo Petro. Esta iniciativa busca que la ciudadanía participe directamente en decisiones clave sobre reformas sociales y derechos fundamentales.
A pesar de la postura oficial del partido, encabezado por Germán Vargas Lleras, que tilda la consulta de innecesaria y costosa, varios legisladores optaron por no alinearse con el rechazo, generando una ola de inconformismo en la dirigencia del partido. Cambio Radical anunció investigaciones internas contra quienes no siguieron la línea partidista, lo que ha sido interpretado por algunos sectores como una maniobra autoritaria que coarta la libertad de conciencia parlamentaria.
Uno de los senadores bajo la lupa es, según versiones, un aliado del presidente Petro. Esto ha despertado inquietudes sobre la falta de autonomía política dentro de Cambio Radical, cuyo liderazgo insiste en imponer una oposición cerrada al Gobierno, incluso cuando las propuestas buscan ampliar la participación democrática.
Mientras tanto, desde el progresismo celebran el acto de coherencia de los congresistas que, desafiando la disciplina partidista, optaron por mantenerse fieles a los principios democráticos de participación y reforma social. El debate sobre la consulta popular, más allá de los intereses electorales, revela las tensiones entre una Colombia que exige transformaciones y una dirigencia tradicional que se resiste a ceder espacio al pueblo.