Luego de varios días de incertidumbre, presión social y operativos de búsqueda, el bombero señalado como presunto responsable de la muerte de Juan David decidió entregarse a las autoridades. Su presentación voluntaria, sin embargo, no fue un gesto espontáneo: previamente había sido objeto de al menos dos allanamientos por parte de las autoridades judiciales, que ya lo tenían en la mira.

El sospechoso, que se encontraba en paradero desconocido, fue buscado intensamente en distintas zonas, mientras la investigación por el trágico caso avanzaba con celeridad. La presión sobre su entorno se hizo sentir, y todo apunta a que su entrega fue motivada por el cerco que se estrechaba.

El crimen de Juan David ha provocado conmoción, repudio y exigencias de justicia. Su familia clama por respuestas, mientras la Fiscalía continúa recopilando pruebas claves para esclarecer lo ocurrido. La entrega del implicado marca un punto de inflexión en el proceso judicial, aunque su responsabilidad aún debe ser determinada por un juez.