Renuncia de Laura Sarabia: La mujer fuerte de Petro se despide del gobierno

Laura Camila Sarabia Torres, una de las figuras más influyentes y cercanas al presidente Gustavo Petro, anunció su renuncia irrevocable al cargo de canciller de Colombia. La carta, publicada el 3 de julio de 2025, marca el fin de un ciclo político de alto perfil y revela profundas diferencias con decisiones recientes del mandatario.

Laura Sarabia, politóloga de profesión, inició su carrera en el sector público como asesora del desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Pero su verdadero ascenso comenzó como jefe de gabinete de Gustavo Petro al inicio del actual gobierno en 2022. Desde ese momento, se convirtió en la mano derecha del presidente, mediadora clave en conflictos políticos y coordinadora de varias estrategias internas.

Posteriormente, asumió como directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), donde consolidó aún más su poder e influencia. Luego pasó a liderar el Departamento de Prosperidad Social (DPS), desde donde dirigió políticas sociales clave. Su más reciente y último cargo fue el de ministra de Relaciones Exteriores, posición a la que llegó tras una fuerte recomposición interna del gabinete.

Una salida con tono de ruptura

En su carta de renuncia, Sarabia agradece al presidente por haber compartido “la parte más importante” de su vida pública, pero deja claro que su decisión responde a diferencias profundas con el rumbo que ha tomado el gobierno.

“En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar”, señala Sarabia, en un mensaje que muchos analistas interpretan como una crítica a decisiones recientes de política exterior o a nombramientos cuestionados dentro del Ejecutivo.

Con un tono sereno pero firme, Sarabia afirma que no se trata de “quién tiene la razón”, sino de una cuestión ética que le impide continuar en el cargo. Dice marcharse con “la tranquilidad de haber entregado lo mejor” de sí, y recuerda que “cuidar” también es saber retirarse.

Reacciones divididas

Desde la Casa de Nariño

Aunque hasta el momento el presidente Gustavo Petro no ha emitido un pronunciamiento directo sobre la renuncia, fuentes cercanas al Palacio aseguran que fue una decisión inesperada, pero no sorpresiva. En el círculo cercano del mandatario ya se hablaba de tensiones acumuladas con la canciller, especialmente tras el giro en la política exterior frente a Venezuela, Nicaragua y el respaldo ambiguo a regímenes autoritarios en el continente.

Varios ministros del gabinete expresaron respaldo a Sarabia en redes sociales, elogiando su “ética pública”, su “capacidad de trabajo” y su “vocación de servicio”.

En el Congreso, sectores de la oposición aprovecharon la renuncia para cuestionar al gobierno. La senadora María Fernanda Cabal (Centro Democrático) afirmó que la salida de Sarabia “confirma el caos interno del petrismo” y sugirió que se trata de una renuncia estratégica “para no hundirse con el barco”.

Por su parte, el senador David Luna (Cambio Radical) dijo que la salida de la canciller “evidencia las fracturas éticas dentro del gobierno” y pidió explicaciones sobre las decisiones con las que ella no estuvo de acuerdo.

Algunos analistas no descartan que Sarabia pueda asumir un rol opositor moderado o independiente, especialmente de cara al cierre del mandato de Petro y las elecciones de 2026.

Una figura central y polémica

Laura Sarabia también protagonizó varios escándalos durante su paso por el gobierno, el más conocido: el caso del polígrafo a su niñera, que le costó una suspensión temporal y fue investigado por la Procuraduría. Aunque superó ese episodio, quedó marcada como una figura poderosa y controvertida, acusada por algunos de concentrar demasiado poder y controlar los accesos al presidente.

Pese a las críticas, mantuvo el respaldo de Petro durante casi todo el mandato, siendo una de las pocas personas que tuvo contacto directo y constante con el jefe de Estado.

Su renuncia ha abierto múltiples interrogantes sobre su futuro político. Con experiencia en áreas clave del Estado, y una imagen que mezcla rigor técnico con firmeza política, algunos sectores ven en Sarabia una posible candidata presidencial o vicepresidencial. Otros piensan que optará por un retiro temporal para recomponer su imagen y tomar distancia del desgaste del gobierno Petro.

En todo caso, su salida marca una ruptura simbólica dentro del proyecto político del Pacto Histórico, que pierde a una de sus principales articuladoras.