Un condenado a muerte en [Nombre del estado o país] sorprendió al rechazar el tradicional pelotón de fusilamiento y elegir la inyección letal como método para cumplir su sentencia.
El preso, [Nombre del reo], sentenciado por [delito] hace [número] años, decidió ejercer su derecho a escoger el método de ejecución permitido por la ley local. Según las autoridades, optó por la inyección letal porque la consideró “menos violenta y más digna”.
Este caso ha reavivado el debate sobre los métodos de ejecución y ha generado opiniones encontradas entre la ciudadanía y organizaciones de derechos humanos, que continúan oponiéndose a la pena capital en cualquiera de sus formas.