Ratas asesinas

OPINIÓN


Por: Edwin Doria

Históricamente el comportamiento de las ratas se ha asimilado de alguna manera a seres humanos. Por ello, se especula, que, en algún momento de la historia de la evolución, algún tipo de rata hubiese sufrido una metamorfosis, que la convirtiese en ciertos humanos que asumieron esas peculiares características.

No obstante, los científicos dedicados al estudio de estos roedores han coincidido en desmentir categóricamente esas afirmaciones que desligitiman la existencia de las ratas. De ahí la estigmatización y persecución.

Otros estudios realizados en el campo de las ciencias sociales han demostrado que en el argot popular se usa el término de rata, para referirse a los corruptos de la economía, la política o de cualquier índole. Si señalas a una persona como una rata, implica que ese alguien es deshonesto.

En este sentido, el empleo del término RATA como símil, no es descabellado, para referirnos a la clase política, económica y social corrupta que ostenta el poder en el planeta y por supuesto en el país, desde inicio del sistema de la ganancia, diecisiete siglos antes de Cristo. Por eso, está clase social de Ratas, ha sido señalada como culpables de la epidemia planetaria que ha generado la crisis civilizatoria que afronta la humanidad hoy día. La epidemia de la crisis civilizatoria ha tenido un impacto pavoroso.
Ha sido la mas mortífera de todas, peor qué la peste negra, afecta sin distinguir, a todos los sistemas vivos en el planeta.

Según algunos autores, las Ratas que generaron la crisis civilizatoria tienen su origen en la oscuridad del universo.

La terrible plaga se extendió por todos los rincones del planeta con políticas de muerte para la instauración del sistema de la ganancia, afectando mares, ríos, acuíferos, cordilleras, paramos, selvas, montañas, costas, sábanas, valles… Conduciendo estos territorios a la pobreza y la violencia, a destruir su economía, y robar la paz de los pueblos, la riqueza y su libertad.

A finales del siglo XV, más exactamente en 1492, llegó la mayor epidemia de la historia al continente aborigen. Desde su desembarco, las Ratas, sembraron la muerte y la destrucción por todo el territorio de vida. Desde entonces, la peste civilizada se estableció y atornilló en el poder hegemónico como padre y señor de todos nuestros designios.

Las Ratas impregnaron la conciencia y el comportamiento de la gente, no sin resistencia hasta el sol de hoy, convirtiendose en el huésped incómodo, inesperado, desconocido y fatidico, del cuál se ignoraba su origen como su verdadero rostro, el de la muerte asesina.

Según el decir popular, las Ratas asesinas del régimen colombiano, en este momento, de la historia inmediata, se sienten acorraladas. Por ello su reacción violenta y brutal. Sienten mucho miedo, se sienten acorraladas. Son agresivas. Su reacción es peligrosa, carecen de escrúpulos y son capaces de acabar con media humanidad, si fuese el caso.

El principal alimento de las Ratas asesinas es el sistema de la ganancia. Se alimentan de la fuerza de trabajo, explotación y esclavitud de las clases populares y media de la sociedad. Otras de sus fuentes de poder es el consumismo, la corrupción, narcotráfico y el manejo de los recursos económicos de la población, la banca, las industrias y el comercio. Para la defensa del sistema de cosas, es la propiedad privada y empleo de las armas de guerra para actuar con odio y violencia contra quienes se oponen a su nefasto régimen de la muerte.

Sin embargo, no hay mql que dure toda la vida, ni cuerpo que la resista. Algunos teóricos proponen que para exterminar de una vez por todas con las Ratas asesinas y no vuelvan jamás a molestar más a nadie, se debe cortar de raíz el combustible que las alimenta, la ganancia. Boicotear el sistema financiero usurero, no al consumo de bebidas azucaradas, comida chatarra, transgénica, oponerse a la explotación minero energéticas y monocultivos que acaban con los sistemas vivos del planeta. Despojarlos de las grandes extensiones de tierra en su poder y expulsarlos de la faz de la tierra.

Se propone por el contrario, despoblar las ciudades y emigrar al campo para la generación de una economía integral propia de los pueblos, y construcción de una nueva nación, democrática, pluralista y en paz. Eso dicen los expertos, entre otras.