#Opinion

Por: Jaime Neira

La Plaza de la Paz es un sitio publico en Barranquilla frente a la Catedral María Reina, que puede albergar más de 30.000 personas de pie. No es fácil llenar este espacio y son pocos los que han tenido lo osadía de medírsele a este escenario; Gustavo Petro lo hizo el pasado 10 de septiembre, y no solo la lleno, sino que la calle 54, graderías y atrio de la Catedral, también estaban completamente llenas.

No es la primera vez que Petro logra llenar este sitio; En la campaña de 2018 también lo hizo y en el tiempo que estuvo suspendido por la Procuraduría, también logró convocar por los menos a 15 mil personas en esa oportunidad.

No hay duda que el Caribe, la Costa Atlántica, Barranquilla y su Área Metropolitana, es territorio Petrista. Los jóvenes de este lado del país, se han echado sobre sus hombros esta campaña, con sus atuendos, su música, su idea de país: Ya no miran hacía donde los mayores le señalen, buscan acabar con la vieja politiquería, carente de oportunidades, llena de corrupción, narcotráfico y criminalidad.

Nos encontrábamos en el atrio de la Catedral desde las primeras horas de la tarde y desde ahí se podía observar la llegada de delegaciones de los jubilados, de los defensores de usuarios de los servicios públicos, de defensores de victimas del conflicto; Los jóvenes de las barras bravas de junior no podían faltar con sus tambores se hicieron oír.

Fue una fiesta espectacular, llena de alegría y folclor, que hacía más llevadera la larga espera de nuestro candidato de la esperanza: Gustavo Petro Urrego. Ya casi a las seis de la tarde, se hizo presente para saludar a la multitud que no dejaba de aclamarlo.

El escenario estaba diseñado con una pasarela que representaba una enorme “P”. P de la Paz, P de Pan, P de “Pacto Histórico”, P de Petro. Estas imágenes quedaran para la historia.

Cualquier ciudadano “de otro país” se preguntará ¿Por qué este candidato que llenó tantas plazas de Colombia en el 2018 no alcanzo la Presidencia? Bueno, esa es una respuesta que solo la puede absolver la cuestionada Registraduría del Estado Civil de Colombia, que cuenta los votos y dice a la final quien es el ganador. Registraduría que hasta ahora no ha permitido una auditoria de los siete softwares que se utilizan en las elecciones.

La ultraderecha uribista estaba muy preocupada por esta convocatoria del 10 de septiembre con Petro en la Plaza de la Paz; Para intentar sabotearla y torpedearla, hicieron uso de sus viejas herramientas que cada día están mandadas a recoger: La rumorología, la desinformación, las noticias falsas (#FakeNews). Nos decían que se habían pagado a venezolanos, chinos y afganos para que llenaran el sitio; Las mentiras se caen solas: La Plaza de la Paz se llenó de ciudadanos espontáneos, que llegaron y se fueron por sus propios medios, sin dárseles ni siquiera un vaso de agua.

Esto es lo que más “enchicha” a los políticos tradicionales, compradores de votos con plata, mercados, tejas, cemento; Que un candidato como Petro sin dinero, sin llevar grandes artistas, sin engañar a la gente con mercados ni promesas falsas, logre convocar en un solo lugar más de 30.000 personas, solo por oírle sus propuestas de país, de cambio de las viejas mañas políticas que nos “abudinean” nuestros impuestos, como proteger el medio ambiente, utilizando cada día menos combustibles fósiles, recurriendo más al uso energías limpias.

Los barranquilleros les hemos dejado un reto grande a otras ciudades del país: Llenar la Plaza de la Paz; Ahora les toca ustedes hacer lo propio en cada escenario donde se presente Gustavo Petro.

No permitamos que nos contagien con la famosa teoría “Desesperanza Aprendida”: Que esto no cambiará nunca; Que siempre seguirán los mismos; Que Petro es otro Chávez, Que Colombia será otra Venezuela.