El presidente Gustavo Petro sigue firme en su intención de convocar una consulta popular como mecanismo para impulsar las reformas sociales que, según él, han sido bloqueadas por sectores del Congreso y otras instituciones. La iniciativa buscaría llevar directamente al pueblo temas clave como la reforma a la salud, las pensiones, la educación y el modelo económico del país.
“El pueblo debe tener la última palabra cuando la política tradicional impide el cambio”, afirmó Petro en una reciente alocución, defendiendo la consulta como un ejercicio legítimo de participación ciudadana y soberanía popular.
Sin embargo, la propuesta ha generado fuertes reacciones en la oposición. El expresidente Álvaro Uribe Vélez calificó uno de los puntos incluidos en la eventual consulta como una “peligrosa propuesta” que, en su opinión, podría afectar los equilibrios democráticos. Aunque no detalló a cuál se refería, advirtió que “se pretende desinstitucionalizar el país y debilitar los contrapesos del poder”.
Uribe instó a los ciudadanos a analizar con rigor los términos de la consulta, una vez se hagan públicos. Por su parte, el Gobierno aún no ha revelado el contenido definitivo ni ha oficializado la solicitud ante la Registraduría Nacional.
La controversia continúa mientras el país se prepara para un posible nuevo capítulo de debate nacional sobre el rumbo de las reformas y el papel de la ciudadanía en su aprobación.