En la madrugada de este lunes, falleció en Bogotá Nydia Quintero de Balcázar, quien fue primera dama de Colombia entre 1978 y 1982, durante el gobierno de su entonces esposo Julio César Turbay Ayala. Tenía 93 años y fue una de las figuras sociales más reconocidas y admiradas del país por su incansable labor humanitaria a través de la Fundación Solidaridad por Colombia.

Su deceso se produjo en la Fundación Santa Fe, donde había sido internada por complicaciones respiratorias. La noticia fue confirmada por su nieta, la exviceministra y periodista María Carolina Hoyos Turbay, quien escribió:

“Hoy el cielo recibe a una gigante: la dama de la solidaridad”.

Nacida en Neiva (Huila), el 22 de octubre de 1931 (aunque algunos registros apuntan al 28 de agosto de 1932), Nydia Quintero fue una mujer adelantada a su tiempo. Se casó joven con Julio César Turbay, con quien tuvo cuatro hijos: Julio César, Diana, Claudia y María Victoria. La tragedia marcó su vida con el secuestro y asesinato de su hija Diana Turbay, periodista, en 1991 durante una operación de rescate en poder del narcotráfico.

Tras el divorcio con Turbay, Nydia Quintero rehízo su vida al lado de Gustavo Balcázar Monzón, exsenador y exembajador de Colombia, con quien compartió sus últimos años.

En 1975, antes incluso de ser primera dama, fundó Solidaridad por Colombia, organización que rápidamente se convirtió en referente de ayuda social a nivel nacional. Desde esa plataforma impulsó la recordada Caminata de la Solidaridad, evento masivo anual con el que recaudaba fondos para proyectos de salud, educación y apoyo a comunidades vulnerables.

Mamá Nydia”: la madre del país solidario

Su compromiso fue tal que, aun después de dejar la Casa de Nariño, continuó al frente de la fundación durante más de 40 años, hasta que en 2016 su nieta María Carolina asumió la dirección. Desde entonces, el nombre de Nydia Quintero ha sido sinónimo de acción social y empatía con los más necesitados. La llamaban “Mamá Nydia”, un título ganado no por su apellido, sino por su vocación humanista.

Bajo su liderazgo, Solidaridad por Colombia desarrolló múltiples programas en comunidades desplazadas, indígenas y afrodescendientes, y ha sido ejemplo de sostenibilidad, transparencia y gestión eficiente en el sector social.

Reacciones del país político y social

El fallecimiento de Nydia Quintero ha suscitado numerosas reacciones en todos los sectores de la vida nacional.

El expresidente Álvaro Uribe Vélez escribió en su cuenta de X:

“La señora Nydia Quintero deja una herencia inmensa de ejemplo, ternura y servicio. Confieso que escribo estas palabras con lágrimas contenidas”.

Por su parte, el también expresidente Iván Duque recordó su trabajo solidario:

“Mamá Nydia fue sinónimo de generosidad, entrega, empatía y afecto por los más necesitados. Colombia le debe mucho”.

Desde el Gobierno, la canciller Laura Sarabia y el ministro Antonio Sanguino se sumaron a los mensajes de condolencia, al igual que figuras del Congreso como María Fernanda Cabal, Carolina Arbeláez y el senador Miguel Uribe Turbay, nieto de la ex primera dama.

Un legado vi

La Fundación Solidaridad por Colombia continúa activa, hoy bajo la dirección de su nieta, y se espera que en los próximos días se rinda un homenaje nacional a su fundadora. La Caminata de la Solidaridad, cuya edición 2025 ya estaba en marcha, se convertirá este año en un homenaje póstumo a su creadora.

Entre sus múltiples reconocimientos, recibió la Orden de Isabel la Católica, en grado de Gran Cruz, por parte del Gobierno de España en 1979, y múltiples distinciones civiles por parte de alcaldías, gobernaciones y organizaciones sociales a lo largo de su vida.

Despedida y ceremonia

De acuerdo con fuentes familiares, su velación se llevará a cabo en Bogotá en estricta intimidad familiar. Posteriormente, se realizará una misa en su honor abierta al público, que contará con la presencia de líderes nacionales, representantes de la sociedad civil y beneficiarios de sus programas.

Nydia Quintero de Balcázar fue mucho más que una figura de la vida política. Fue una mujer que transformó su papel de primera dama en una plataforma de acción real para los sectores más excluidos del país. Con su muerte, Colombia despide a una de sus grandes lideresas sociales, pero su legado continúa vigente en cada niño educado, en cada familia apoyada, en cada caminata de la solidaridad.

Una primera dama del pueblo, que hizo de la compasión su bandera.