El Magdalena vuelve a prepararse para una cita democrática que pocos imaginaban repetir tan pronto. Este domingo 23 de noviembre, 1.094.215 ciudadanos están convocados a elegir al gobernador que completará el periodo 2024-2027, luego de que el Consejo de Estado anulara la elección de 2023.
Para muchos, es una elección inesperada; para otros, un trámite necesario; y para miles más, una oportunidad para corregir el rumbo político de un departamento marcado históricamente por tensiones, desconfianzas y desigualdades.

Un fallo que cambió el calendario político

La atmósfera electoral tiene un origen claro: la sentencia de la Sección Quinta del Consejo de Estado que anuló la elección de Rafael Martínez, al concluir que incurrió en doble militancia.
El fallo sacudió el tablero político y obligó al Gobierno Nacional a emitir el Decreto 1024 de 2025, convocando a estas elecciones atípicas.

“Pensé que no nos tocaría votar otra vez”, dice doña Rosa, una comerciante de Fundación que madrugará a abrir su tienda antes de ir al puesto de votación. “Pero si es para que las cosas queden claras, toca hacerlo”.

Un despliegue logístico sin precedentes recientes

La Registraduría Nacional asegura que todo está listo:

1.094.215 ciudadanos habilitados

Mujeres: 548.402

Hombres: 545.813

389 puestos de votación

250 rurales

139 urbanos

2.924 mesas

18.714 jurados designados y capacitados

El Magdalena, un departamento con trochas, ríos, ciénagas y veredas dispersas, requiere un esfuerzo logístico enorme. Por eso, desde el jueves empezaron los traslados de kits electorales hacia lugares donde solo se llega en moto, en chalupa o en mula.

“Uno siente que lo están teniendo en cuenta”, dice Ernesto, un líder campesino de Nueva Granada. “Que para venir hasta acá, hasta donde vivimos, se necesita voluntad”.

La presencia de Armando Benedetti: entre vigilancia, poder y tensiones

Pero si algo distingue esta elección de otras atípicas es la presencia constante y visible del ministro del Interior, Armando Benedetti.

En las últimas semanas, Benedetti no solo ha encabezado comités de seguridad y seguimiento electoral; también ha sido la cara del Gobierno en la región. Para algunos sectores, su presencia es garantía; para otros, es una sombra de intervención.

El ministro ha insistido en que su papel es estrictamente institucional: asegurar que la elección se realice sin presiones, sin violencia y sin fraude.
“Tenemos la responsabilidad de acompañar a la Registraduría y de blindar este proceso”, ha dicho en repetidas ocasiones.

Sin embargo, en Santa Marta y Ciénaga —los municipios con mayor tensión política— algunos líderes sienten que su participación reconfigura el equilibrio de fuerzas.
Un profesor universitario lo resume así:
“Cuando un ministro se instala varias semanas, el mensaje es claro: el Estado está aquí… pero también está mirando”.

Seguridad reforzada para un departamento donde la política duele

El Magdalena no solo elige, también se protege.

Más de 5.000 uniformados de Policía y Fuerzas Militares estarán desplegados en:

rutas de difícil acceso

corregimientos con riesgo electoral

puntos urbanos con alta concentración de votantes

A esto se suma tecnología biométrica en 10 puestos (5 en Santa Marta y 5 en Ciénaga), una herramienta para evitar la suplantación que históricamente ha afectado a municipios con presencia de estructuras criminales o redes clientelistas.

La Registraduría aclaró que la inscripción de cédulas habilitada actualmente solo sirve para las elecciones de 2026.
Para este domingo, cada ciudadano deberá votar en el puesto donde ya aparecía inscrito desde antes.

“Muchos llegaron preguntando si podían cambiar el puesto esta semana”, contó una funcionaria en Plato. “Tocó explicarles que no”.

Un departamento cansado, pero dispuesto a decidir

En conversaciones espontáneas en mercados, buses intermunicipales y plazas de pueblo se percibe un sentimiento compartido: cansancio por tanta pelea política, pero también deseo de que al fin se resuelva quién gobernará.

“Yo solo quiero que el que gane haga algo por los pueblos”, dice Marisol, madre cabeza de hogar en El Banco. “Uno vota con fe”.

Sea cual sea el ganador, la elección marcará un punto de quiebre: entre la institucionalidad nacional, el peso histórico de Fuerza Ciudadana, y un tejido social que sigue pidiendo dignidad y oportunidades.