El Magdalena volvió a las urnas este 23 de noviembre de 2025 para elegir gobernadora en unas elecciones atípicas marcadas por la expectativa política, la participación moderada y un fuerte despliegue institucional para garantizar la seguridad. Al final del día, María Margarita Guerra Zúñiga fue elegida como nueva mandataria departamental, tras obtener una amplia ventaja en el preconteo.
Pero más allá del resultado, la jornada dejó una sensación generalizada: la tranquilidad fue posible gracias al trabajo coordinado de la Fuerza Pública, que asumió el reto de blindar un proceso electoral convocado en medio de tensiones políticas, quejas ciudadanas y disputas históricas por el poder regional.
Un departamento que votó sin sobresaltos
Desde primeras horas de la mañana, los municipios del departamento iniciaron la instalación de mesas con normalidad. Aunque se registraron retrasos puntuales por fallas eléctricas y problemas logísticos en algunos puestos rurales, el desarrollo operativo fue calificado como estable y sin incidentes de gravedad.
A diferencia de otras jornadas electorales en la región Caribe, marcadas por denuncias de presiones o intentos de constreñimiento, esta vez las autoridades reportaron un ambiente mayoritariamente controlado y sin alteraciones de orden público.
La participación, como suele ocurrir en elecciones atípicas, fue más baja que la de los comicios regulares. Sin embargo, los votantes que acudieron expresaron sentirse acompañados y seguros en su proceso.
Resultados del escrutinio
Al cierre de la jornada, los datos oficiales y de medios locales arrojaron los siguientes resultados:
María Margarita Guerra Zúñiga: aprox. 188.722 votos, lo que representa alrededor del 56 % del total.
Rafael Emilio Noya García: cerca de 124.291 votos, aproximadamente el 36,8 %.
Otros factores: se reportaron votos en blanco, nulos y no marcados, aunque en proporción pequeña.
Este margen le da a Guerra una victoria sustancial, consolidando un mandato con fuerza política clara y una base de respaldo significativa en el departamento.

Un despliegue que dió confianza
Más de 1.600 soldados del Ejército Nacional, junto con dispositivos de la Policía Metropolitana y del Departamento de Policía Magdalena y la presencia activa del comandante de la Regional 8 Brigadier General Edwin Urrego,vigilaron rutas, puestos y zonas de mayor riesgo electoral. El control fue exhaustivo en áreas rurales donde históricamente han tenido presencia estructuras del Clan del Golfo.
Patrullajes mixtos, sobrevuelos, puestos de control y acompañamiento a las autoridades electorales fueron parte de una operación que buscó prevenir cualquier intento de alteración del orden público.
Los comandantes regionales destacaron que el objetivo era claro: proteger a la ciudadanía, garantizar la transparencia del proceso y evitar que cualquier actor ilegal interfiriera en la decisión democrática.
En coordinación con la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo y las personerías municipales, las fuerzas armadas también acompañaron la apertura y cierre de mesas, así como los traslados del material electoral.
Doña Rosalba Rodríguez, residente en Zona Bananera, salió a votar a las 9 de la mañana. Contó que, aunque en su comunidad suele haber temores por la actividad de grupos delincuenciales, esta vez vio “más soldados y policías que nunca” y se sintió tranquila.
En Santa Marta, un grupo de jurados de votación expresó que la presencia policial generó orden en los accesos y ayudó a resolver filas y congestiones de manera más rápida.
Para los habitantes de municipios como El Banco, Fundación y Pivijay, el acompañamiento de la Fuerza Pública permitió que muchas familias se movilizaran a los puestos sin miedo, incluso en zonas que habían sido foco de alerta en anteriores elecciones.
Una elección marcada por el civismo
Al cierre de los puestos, hacia las 4:00 p. m., las autoridades coincidieron en un balance positivo. La Registraduría reportó un proceso sin sabotajes, con el preconteo fluyendo con normalidad y la logística funcionando de manera aceptable pese a los retos propios de unas elecciones convocadas con rapidez.
El comandante de la operación militar destacó que el civismo ciudadano y la colaboración de las comunidades fueron esenciales. “La gente salió en paz, confió en el dispositivo y respetó a las autoridades”, dijo.
Un nuevo capítulo político para el Magdalena
La elección de Margarita Guerra abre un escenario político nuevo en el departamento, tras la anulación de la elección anterior y las tensiones entre movimientos locales. Pero más allá del resultado, la jornada dejó una lección institucional: cuando el Estado actúa con coordinación, presencia y respeto por las comunidades, los ciudadanos pueden ejercer su derecho al voto sin miedo.
Las elecciones atípicas del Magdalena no solo definieron una gobernación. También demostraron que la democracia gana cuando la Fuerza Pública protege, la ciudadanía participa y las instituciones vigilan con rigor.



