La NASA salva a la Voyager 1 con una maniobra crítica tras más de 20 años sin usar sus propulsores principales

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La NASA evitó que la sonda Voyager 1 perdiera contacto con la Tierra al reactivar exitosamente sus propulsores principales, que no se utilizaban desde 2004. Esta acción crucial permitió mantener la orientación de la antena de alta ganancia hacia nuestro planeta, asegurando la continuidad de las comunicaciones con la nave más distante jamás lanzada.

El 18 de marzo de 2025, los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory (JPL) enviaron comandos para encender los antiguos propulsores, dado que los de respaldo, en uso desde hace dos décadas, mostraban deterioro. Dos días después, el 20 de marzo, tras el viaje de la señal de ida y vuelta —que tarda unas 46 horas—, confirmaron que los calentadores de los propulsores se habían activado y funcionaban correctamente.

Esta intervención fue aún más urgente debido a un mantenimiento programado en la antena DSS-43 de Australia, la única capaz de enviar instrucciones a la Voyager 1. Si la maniobra hubiera fallado, se habría perdido el control de la orientación de la antena, lo que resultaría en la desconexión total de la nave.

La Voyager 1, lanzada en 1977, se encuentra a más de 24.000 millones de kilómetros de la Tierra y es la nave más alejada de nuestro planeta. Aunque sus sistemas están envejecidos y su fuente de energía basada en plutonio se va agotando, sigue enviando datos científicos desde el espacio interestelar. La maniobra extendió su vida útil y su capacidad para seguir transmitiendo valiosa información.

Con este logro, la NASA demuestra una vez más su capacidad para superar obstáculos técnicos complejos en misiones de larga duración, manteniendo en operación una nave que ya ha hecho historia en la exploración espacial.