Por: Juan Manuel Castellanos @Castellanosabo

Desde hace varios años entendí dos cosas básicas y sencillas, 1) Que mis opiniones políticas y mis posturas como abogado no necesariamente son concordantes, y 2) siempre que se posesiona un alto mandatario ya sea local o nacional, he anhelado que sus decisiones sean acordes al bienestar del país, así lo hice con la posesión de Iván Duque -extrema derecha- y Claudia López -izquierda-, no tiene ningún sentido desearles un mandato plagado de errores por una razón elemental, desearles el mal, es desearle el mal a los habitantes del territorio nacional, en ese entendido, se equivocan de manera abismal todos aquellos que hablan de revocatoria de alcaldes, del presidente, por no mencionar a los que no aportan un solo grano de arena para avanzar, y solo buscan poner trabas a la rueda. El consejo es que “dejen trabajar”.

Pero lo anterior no quiere decir, que se deba aplaudir la mala gestión de ambas administraciones -Duque – López-, para nadie es un secreto, que tanto el Gobierno Nacional como el Distrital están alejados de la realidad y las vivencias del ciudadano de a pie, da dolor leer estadísticas y confrontarlas en los territorios, pero esta opinión va dirigida a nuestro primer mandatario.

Es cierto, los resultados de la pandemia eran impredecibles, nadie pudo dimensionar el cambio de vida tan drástico que sufrimos los colombianos por el COVID, pero lo que me genera preocupación es la desconexión del Gobierno Nacional con el país en general, la pregunta es ¿en qué estamos bien? 1) La vacunación va a paso de tortuga, 2) pretenden una nueva reforma tributaria -pónganle el nombre que quieran, pero es reforma tributaria-, 3) los trinos y comentarios de altos funcionarios parecen ofensas contra los ciudadanos, 4) salud, educación, movilidad, seguridad entre otros, brillan por su ausencia, 5) De lo corrido este Gobierno no existe una obra para achacársela, por el contrario, están dejando morir las pocas que ya estaban trazadas, y las que han inaugurado son de la administración que antecedió.

Hay Algunas personas les parecerá que es muy difícil manejar el País cuando la barriga está llena, el corazón contento, con abultados sueldos, varios escoltas y carros blindados, de allí, la poca empatía con los más necesitados, y es por tal motivo, que me solidarizo con los: i) paperos, ii) paneleros, iii) médicos, iv) abogados defensores, v) comerciantes, vi) vendedores informales y vii) todos los gremios que fueron ignorados en estos últimos doce (12) meses.

Genera dolor ver que los paperos deban salir a las carreteras a vender sus productos casi que, mendigando para no quebrarse, inaudito que médicos en su totalidad que atienden de manera frontal el COVID no estén priorizados en la fase uno para su vacunación, ¿a los médicos les van a reconocer por su labor alguna bonificación extra? He tenido la oportunidad de recorrer las calles de la ciudad de Bogotá y presumo que sucede los mismos en otras ciudades, veo locales desocupados a diestra y siniestra, ¿Cuál fue la política para evitar que bares, restaurantes y demás negocios no entraran en quiebra?, se hace necesario y urgente que los mandatarios locales junto con el Gobierno central definan estrategias en cuanto al turismo.

Las estadísticas del desempleo por las nubes, de la seguridad no hablemos, muertes a líderes sociales, masacres, con un agravante, el equipo de Gobierno está pasando sin pena, sin gloria y sin nada, en todos los niveles del Gobierno Nacional se extraña calidades de gerencia pública, políticas coherentes con la realidad y altos funcionarios sintonizados, en este punto me refiero a la vicepresidenta que ya nos acostumbró a sus comentarios salidos de tono por las redes sociales. 

Tristeza genera que el candidato Duque haya rechazado la mermelada Santista tantas veces, para dársela a uno pocos senadores en su Gobierno, de otra parte, las puertas y ventanas del Gobierno están cerradas para dialogo, no se vayan tan lejos, están reformulando el Programa de Protección, sin tener en cuenta, a las organizaciones sindicales a viva voz, sin tomar apuntes de la experiencia del analista de riesgo y de los escoltas, excúsenme, pero ese Programa ya parece un lio de faldas, que craso error. para mis ex compañeros de la UNP gran afecto.

A escasos 18 meses de terminar este Gobierno aún sigue con el retrovisor puesto, buscando por donde hacer caer un ex presidente que ya salió. Ojo con el 2022, que no nos vuelvan a meter discursos: “que a la JEP hay que reformarla”, cuando tuvieron cuatro para hacerlo y no lo hicieron, el discurso castrochavista ya no puede callar, el terror de que nos volveríamos una Venezuela ya no es lógico.

Ojalá el Gobierno retome el rumbo que tanta falta le está haciendo, por el bien de la patria.

Posdata: si alguien debe estar feliz por tan mala administración es Andrés Pastrana, ya no lo pueden catalogar como el peor presidente de la historia.