Para situar el panorama en cifras, se calcula que en el mundo hay 350 millones de personas que se encuentran afectadas por esta enfermedad, cuyo peor desenlace es el suicidio. Se estima que cada año se quitan la vida 800.000 personas en todo el mundo (Ministerio de Salud, 2017).


A raíz de la pandemia, estas tasas se han visto en aumento debido a las preocupaciones a causa de los
desenlaces de la misma, la falta de oportunidades laborales y la soledad, producto de los asilamientos que se han tenido que hacer para el control del contagio (OPS, 2021). En Colombia actualmente más de 2 millones de personas padecen de depresión; para ser exactos 2.014.960 (Estudio Nacional de Salud Mental, 2015), una cifra alarmante que nos invita a la intervención inmediata.


Los factores de riesgo identificados por el Ministerio de Salud (2017) para el padecimiento crónico de la
depresión son: ser mujer, tener más de 18 años, tener antecedentes de episodios depresivos previos, abusar
de sustancias psicoactivas, presentar enfermedades médicas crónicas, consultar persistentemente al sistema de salud, el sedentarismo, sufrir eventos vitales estresantes, pasar por cambios hormonales, estar expuesto a situaciones de riesgo psicosocial (pobreza extrema, pérdida del empleo, indigencia o separación conyugal).


Teniendo en cuenta lo anterior, tras revisar la Encuesta Nacional de Salud Mental del 2015, cabe resaltar que
solo el 49,7% de las personas que padecen algún tipo de enfermedad mental crónica acceden a tratamiento.


Algunos de los motivos por los que no se consulta son porque se considera que no es necesario, por descuido
o porque no se quiere. Sin embargo, de las personas que solicitan tratamiento, el 94% lo recibe y el 79% refiriere mejoría o estar mejorando (Ministerio de Salud, 2015).


En el marco de la conmemoración de los 60 años de su constitución, la Asociación Colombiana de Psiquiatría,
en función de su rol como organización representante de uno de los gremios profesionales que mantienen un
ejercicio activo en el cuidado y preservación de la salud mental, ha decidido aportar al trabajo sobre esta
problemática, a través de una caja de herramientas que tiene por objetivo facilitar el entendimiento de la
depresión como enfermedad mental (prevención, características y tratamiento), por medio de material
psicoeducativo interactivo, partiendo del supuesto de que un mayor entendimiento de la enfermedad facilita la búsqueda de ayuda profesional, en caso de ser requerida, lo que se traduce en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.