Después de más de una década de frustraciones, Junior de Barranquilla logró una victoria crucial ante La Equidad en el estadio Metropolitano de Techo. Este triunfo no solo significa tres puntos importantes en la Liga, sino que también pone fin a una racha negativa que se había convertido en una especie de maldición para el equipo rojiblanco en territorio bogotano.
El partido reflejó un Junior más equilibrado, con una propuesta ofensiva inteligente y una defensa que supo resistir los momentos de presión del conjunto asegurador. La clave del triunfo estuvo en la efectividad de sus atacantes y en la solidez táctica que impidió que Equidad impusiera su tradicional juego físico y defensivo.
Más allá del resultado, este triunfo representa un golpe anímico para Junior, que ahora afronta el resto del torneo con la confianza renovada. Romper una racha de 11 años sin ganar en un escenario complicado es un impulso psicológico que puede ser determinante en la lucha por los objetivos del semestre.