La Fiscalía General de la Nación desmanteló una red criminal dedicada a la sustracción y comercialización de armamento militar, que terminaba en manos de las disidencias de las FARC en departamentos como Cauca, Tolima, Meta y Arauca, y en bandas criminales urbanas de Bogotá. Entre los judicializados se encuentran un soldado profesional del Ejército Nacional y un intendente pensionado de la Policía Nacional.

Red criminal con acceso directo a material de guerra

De acuerdo con la investigación adelantada por la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales, esta red de al menos 11 personas estaba conformada por personal activo y retirado de la Fuerza Pública, así como por civiles que utilizaban negocios legales como fachada para cubrir sus actividades ilegales.

Entre los capturados se encuentran:

  • Alberto Hernando Orozco Salcedo
  • Luis Eduardo Urueña Díaz
  • Henry Mosquera Ramírez
  • Homes Bastidas Ardila
  • Bernardino Wilches Vargas
  • Jaime Humberto Puentes Puentes
  • Jairo Enrique Valenzuela Ramírez
  • David Bustos Vanegas
  • Jhon Alexander Salgado Osorio
  • Yesi Lenin Molano Santamaría
  • Katerine Celeste Baquero González
Modus operandi: armas desde batallones y permisos falsos

Las evidencias apuntan a que el grupo lograba sustraer armas, municiones, granadas y explosivos de batallones en Bogotá, del Fuerte Militar de Tolemaida y de la sede de Indumil en Soacha (Cundinamarca). Para facilitar la venta de municiones en el mercado legal, utilizaban salvoconductos vencidos, con lo que engañaban a establecimientos autorizados para la venta de insumos bélicos.

Uno de los principales implicados, Jhon Alexander Salgado Osorio, soldado profesional del Ejército, sería el encargado directo de sacar municiones y armamento de las instalaciones militares. Por su parte, Alberto Orozco Salcedo, intendente pensionado de la Policía, sería uno de los cabecillas del grupo, presuntamente responsable de reclutar a cómplices y obtener permisos falsificados.

Imputaciones y capturas

Un fiscal los presentó ante un juez de control de garantías de Bogotá, quien les imputó delitos como:

  • Concierto para delinquir agravado
  • Fabricación, tráfico y porte de armas y explosivos de uso privativo de las Fuerzas Armadas
  • Utilización ilegal de uniformes e insignias

Al menos siete de los implicados aceptaron los cargos. Todos recibieron medida de aseguramiento en centro carcelario.

Golpe contundente y hallazgos alarmantes

Durante los operativos, desarrollados en nueve diligencias de registro y allanamiento por el CTI y la Brigada 13 del Ejército, fueron incautados:

  • 3.184 municiones de varios calibres
  • 13 pistolas, 16 rifles, 7 revólveres, 5 escopetas, 4 carabinas y 1 subametralladora
  • 6 partes de fusil, 67 proveedores de armas
  • 1 lanzagranadas, 1 detonador eléctrico
  • 20 salvoconductos vencidos
  • 55 uniformes pixelados similares a los de las Fuerzas Militares
  • 45 millones de pesos en efectivo

Este nuevo golpe evidencia la vulnerabilidad de los controles en unidades militares y fábricas de armamento estatales, y expone cómo el crimen organizado continúa infiltrando estructuras legales para fortalecer su poder de fuego.