James Rodríguez, tras la falta de continuidad en sus clubes, está jugando en el mundo de selecciones como uno de los mejores futbolistas del mundo.
Que no te sirva un jugador de esa categoría muchas veces habla de que no eres un buen entrenador. Y hay que darle contextos idóneos a los genios para que no fracasen. Porque cuando no fallan son una explosión como la que estamos viendo en las Eliminatorias y Copa América.
James rompe todas las frases hechas y lugares comunes que han inundado la retórica futbolística de las últimas décadas. Es uno de los mejores en el mundo más místico que tiene el fútbol.