Lejos de pasar desapercibido, James Rodríguez volvió a ser el centro de atención, esta vez no por su talento con el balón, sino por su explosiva reacción en pleno partido con León. El colombiano protagonizó una escena de furia tras ser sustituido, dejando ver su frustración con patadas al banco y gestos de disgusto que no pasaron desapercibidos.

Aunque no recibió sanción oficial por parte del cuerpo técnico ni del club, su actitud ha generado diversas reacciones entre los aficionados y la prensa mexicana. ¿Está James atravesando un momento de presión interna o se trata de un nuevo capítulo en su historial de comportamientos polémicos?

Mientras algunos defienden su pasión por el juego, otros cuestionan su compromiso y profesionalismo. Lo cierto es que León tendrá que tomar decisiones si quiere evitar que el talento de su estrella se vea opacado por los impulsos fuera del libreto.