Una investigación conjunta entre la Fiscalía General de la Nación, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y el Gaula Militar permitió desmantelar a ‘Dinocash’, un grupo delincuencial señalado de falsificar y comercializar dinero en efectivo a gran escala, tanto en Colombia como en el exterior.

Cinco personas fueron capturadas en diligencias realizadas en Bucaramanga y Sabana de Torres (Santander). Los detenidos son los hermanos Camilo Andrés y Eleazar Jaraba Meza, identificados como cabecillas de la organización; junto a ellos cayeron Eduar Fabián Sánchez Aro, Maycol Edwar Calvo Monroy y Nancy Rodríguez Núñez, propietaria de la imprenta donde se fabricaba el dinero espurio.

En los operativos fueron incautados 7.894 millones de pesos colombianos, 12 millones de dólares y 150 euros falsos, además de papel de seguridad, tintas, sellos, planchas, fajos de billetes y demás insumos usados en la producción.

Una industria delictiva bien estructurada

De acuerdo con la investigación, los hermanos Jaraba Meza aportaban recursos y logística para sostener la producción ilegal, mientras que Sánchez Aro y Calvo Monroy participaban en el diseño y copiado de los billetes, cuidando detalles que les dieran apariencia de autenticidad. Rodríguez Núñez facilitaba su imprenta para imprimir la moneda falsificada.

Los resultados judiciales señalan que los implicados deberán responder por falsificación de moneda nacional o extranjera, tráfico de moneda falsificada y concierto para delinquir agravado. Ninguno de los acusados aceptó los cargos.

Falsos billetes con fachada de “didácticos”

El modus operandi de ‘Dinocash’ incluía la venta de pesos colombianos, pesos mexicanos, dólares y euros falsos a través de redes sociales. Para evadir controles, los envíos eran rotulados como “billetes didácticos”, una fachada que les permitió mover grandes sumas a nivel nacional e internacional sin despertar sospechas inmediatas.

Cooperación internacional

La Fiscalía destacó que la desarticulación de esta red ilegal fue posible gracias al apoyo de la Agencia del Servicio Secreto de Estados Unidos y del Banco de la República, instituciones que aportaron conocimiento técnico y seguimiento especializado en la detección de falsificación de moneda.

Con este golpe, las autoridades envían un mensaje contundente contra el crimen organizado y la alteración de la economía a través de billetes falsos, una actividad que no solo afecta la confianza en el sistema financiero, sino que también está ligada a otras dinámicas de lavado de activos y financiación ilegal.