Filipinas está en alerta después de que un terremoto de magnitud 7,6 sacudiera la isla de Mindanao el sábado 2 de diciembre por la noche, hora local.

Como informó el Centro Sismológico Europeo-Mediterráneo (EMSC), los temblores se produjeron a una profundidad de 63 kilómetros o 39 millas. Como resultado, se espera un tsunami en el país, que podría ocurrir, según la Agencia de Sismología de Filipinas (Phivolcs), en las próximas horas.

Según Reuters, dada la proximidad de los dos países, Japón también podría verse afectado por olas de hasta un metro de altura, concretamente en la costa oeste del país. Allí se espera que el tsunami llegue poco más de una hora después de azotar Filipinas.

Para el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, las olas también deben tener entre 0,3 y 1 metro de altura (Igual son peligrosas)… Sin embargo, existe la posibilidad de que sean incluso más grandes, de hasta 3 metros de altura. Dada la magnitud y la ubicación de los terremotos, también se están vigilando partes de Indonesia, Palaos y Malasia, que podrían verse afectadas.

Filipinas, parte del llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, está situada en una región de fuerte actividad volcánica, con alta inestabilidad geológica, donde los terremotos son muy intensos y frecuentes.