La incertidumbre y el dolor embargan a la familia de Ashley Vargas, una joven piloto desaparecida en circunstancias aún no esclarecidas. Tras días sin noticias concretas sobre su paradero, sus seres queridos han hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para que se sume a los esfuerzos de búsqueda, al tiempo que denuncian una respuesta insuficiente por parte de la Fuerza Aérea del Perú (FAP).
Ashley, quien realizaba una operación aérea oficial al momento de su desaparición, no ha sido localizada pese a los esfuerzos iniciales anunciados por la FAP. No obstante, sus familiares aseguran que las labores de búsqueda han sido limitadas, carentes de coordinación efectiva y con escasa transparencia en cuanto al avance de las investigaciones.
“Estamos destrozados. No sentimos un compromiso real por parte de las autoridades. La búsqueda se ha vuelto más una formalidad que una operación con sentido de urgencia”, declaró uno de los familiares directos de Ashley, quien prefirió mantener el anonimato por seguridad. “Están en shock, emocional y físicamente agotados, pero no vamos a parar hasta encontrarla”, añadió.
La familia ha recurrido a organizaciones de aviación, cuerpos diplomáticos y grupos de rescate internacionales, con la esperanza de que la presión externa logre movilizar más recursos, tecnología y personal especializado. También han pedido apoyo de gobiernos vecinos y organismos como la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) y ONGs con experiencia en búsquedas aéreas.
“La vida de una piloto valiente como Ashley no puede depender de gestiones burocráticas ni de la lentitud institucional. Ella merece que se agoten todas las vías posibles para encontrarla”, enfatizó otro miembro de la familia, quien criticó duramente la falta de pronunciamientos oficiales más contundentes por parte de la FAP.
Hasta el momento, la Fuerza Aérea del Perú no ha emitido un nuevo comunicado detallando los avances en la operación de búsqueda. La situación ha generado creciente presión en redes sociales, donde usuarios han difundido mensajes de apoyo y exigencias de respuestas bajo etiquetas como #BusquenAAshley y #JusticiaParaAshley.
La desaparición de Ashley Vargas ha puesto nuevamente en evidencia los desafíos logísticos y humanos que enfrenta el país ante este tipo de emergencias, y ha reabierto el debate sobre la necesidad de protocolos más sólidos y coordinaciones más efectivas para casos de desapariciones en entornos aéreos o militares.
Mientras tanto, la familia de Ashley no pierde la esperanza. Su lucha se mantiene firme y su voz resuena con fuerza: “No descansaremos hasta tenerla de vuelta