ESE UNA de Barranquilla: la intervención que cambió el ambiente institucional

La Empresa Social del Estado ESE UNA atraviesa uno de los periodos más estables de los últimos años bajo la intervención del doctor Freddy Socarrás, designado por la Superintendencia Nacional de Salud para recuperar la operatividad, la confianza y la sostenibilidad financiera de la entidad. La voz de los empleados, reflejada en recientes testimonios, coincide en destacar un ambiente laboral más armónico, un liderazgo cercano y una recuperación gradual de los servicios y procesos internos.

En un video difundido por trabajadores del centro asistencial, se observa a funcionarios que expresan satisfacción con la gestión del interventor. Hablan de orden administrativo, mejor trato al personal y un clima institucional que contrasta con la incertidumbre y el desánimo que caracterizaban etapas anteriores. “Hoy sentimos que la ESE vuelve a ser de todos, que nos escuchan y que hay dirección”, dice una de las colaboradoras en la grabación.

El mensaje, aunque espontáneo, refleja un cambio de percepción interna que resulta clave en los procesos de intervención del sistema público de salud, donde el mayor desafío no suele ser solo financiero sino humano. Socarrás, quien fue alcalde de Valledupar y ha ocupado cargos de dirección en el sector público, asumió el reto de estabilizar una entidad con dificultades estructurales, pasivos laborales y cuestionamientos históricos sobre su gestión operativa.

Del caos al orden administrativo

La intervención de la ESE UNA se decretó tras detectarse desequilibrios administrativos y financieros, falta de transparencia en los procesos contractuales y deficiencias en la atención a usuarios. Desde su llegada, el interventor impulsó auditorías internas, revisiones de nómina y optimización de recursos, con el objetivo de garantizar continuidad en los servicios y cumplimiento de los estándares del Ministerio de Salud.

De acuerdo con fuentes internas, se establecieron controles más rigurosos sobre los pagos a contratistas, la ejecución presupuestal y la adquisición de insumos médicos. También se fortaleció la supervisión de los procesos de facturación y recaudo, dos áreas críticas en la sostenibilidad de las ESE del país.

“Antes no sabíamos a quién acudir ni qué rumbo tenía la institución. Hoy hay claridad, hay metas y comunicación con los equipos”, señaló otro trabajador en el video difundido por redes institucionales.

Más allá de los indicadores administrativos, la intervención ha priorizado el componente humano. Los empleados destacan que Socarrás promueve la meritocracia, el respeto y el diálogo directo, evitando el manejo político o la rotación injustificada de personal.

El interventor, según sus allegados, ha insistido en que la recuperación de una institución pública de salud no se logra solo con balances financieros, sino con el compromiso de su talento humano y la confianza de los usuarios. Por eso, ha mantenido espacios de escucha y participación con los distintos equipos, incluyendo personal médico, enfermería, servicios generales y administrativos.

El tono general entre los trabajadores es de reconocimiento, pero también de expectativa: son conscientes de que el proceso aún enfrenta retos complejos, como el saneamiento de deudas históricas, la actualización tecnológica y la mejora en infraestructura hospitalaria. Sin embargo, la percepción compartida es que la ESE ya no navega a la deriva.

Desafíos en la recuperación plena

La Superintendencia Nacional de Salud ha señalado que la intervención continuará mientras se consoliden los avances financieros y operativos. Entre los principales desafíos identificados están la estabilidad presupuestal, la actualización de los estados contables y la reducción de pasivos laborales.

Asimismo, persisten retos en la modernización de equipos médicos y en la ampliación de la cobertura de atención en sectores vulnerables del Distrito. Socarrás ha manifestado en distintos escenarios que su labor no es política ni temporal, sino técnica y enfocada en la sostenibilidad de largo plazo.

Especialistas en gestión pública destacan que el proceso de intervención en la ESE UNA podría servir como modelo de recuperación institucional si logra sostener los resultados y mantener la transparencia. “El éxito no se mide solo por la salida de la intervención, sino por la capacidad de no recaer en los errores del pasado”, advierte un analista del sector salud.

Percepción ciudadana y mirada futura

En la comunidad, el nombre de la ESE UNA vuelve a mencionarse con menor carga de crítica y mayor expectativa. Pacientes y familiares han reportado mejoras en tiempos de atención y disponibilidad de servicios, aunque persisten reclamos por la falta de ciertos especialistas y medicamentos.

La dirección interventora ha anunciado gestiones ante la Alcaldía Distrital y el Ministerio de Salud para fortalecer la red pública hospitalaria y vincular más profesionales, en especial en áreas de atención primaria y urgencias.

La transformación institucional, sin embargo, será puesta a prueba cuando el proceso de intervención concluya y la administración deba regresar a manos locales. La sostenibilidad dependerá de mantener los estándares alcanzados y de blindar la entidad frente a intereses externos o presiones políticas.

El caso de la ESE UNA de Barranquilla es un reflejo de los retos que enfrenta la red pública de salud en Colombia: estructuras debilitadas, deudas acumuladas y falta de gestión técnica. La intervención liderada por Freddy Socarrás ha generado un ambiente de orden y confianza interna, evidenciado en el respaldo de los trabajadores, pero también abre interrogantes sobre la continuidad de ese proceso una vez concluya la medida especial.

En medio de la crisis general del sistema de salud, este caso muestra que el liderazgo con enfoque humano puede ser un factor determinante para recuperar la credibilidad de las instituciones públicas. Si los avances administrativos se consolidan con resultados sostenibles y transparencia, la intervención de la ESE UNA podría convertirse en un ejemplo de recuperación institucional para el país.