En Invierno

Arrogante invierno en llamas
Busca fresco mi delirante cuerpo
Mas se impone de nuevo la mañana
Y a dominar con sus ojos de fuego.

Tímidos alfileres, deseaban no caer
Ni por los dioses querían precipitar
Grises algodones, fugaces se van
Y el dorado rayo empieza a enfurecer

La señora vida en su rostro abatida
Refleja en su cuerpo de la calle su ideal
Cómo se derrama en un seco manantial
el astro celestial que a todos nos domina.

Mas vuelve el fresco soplo del grande mar
Suaves alisios de inevitable evocación
Nubarrones empiezan a desahogar
Por un presente, insensible de calor.

Hombres deliran su pasajero frescor
Sintiendo en su rostro algo liviano
Al tomar el hilo con dios Morfeo,
Y emergen la vida con lo imaginado.

Dominado el ser, por el hilo invisible
Reposa en noche tropical su cansancio
Y con la aurora habla un poeta sensible…
Ahora que no duermo y son más de las cuatro….