Opinión
Por: Alfonso Camerano Fuentes
La muerte de Santrich fue el resultado de una operación de película, tipo CIA, a lo “Misión Imposible”, negada por el gobierno colombiano a pesar de haberse ejecutado en la nerviosa zona limítrofe colombo-venezolana por un convoy sigiloso que salió de aquí y se devolvió montado en helicóptero.
A diferencia del matadonón a Raul Reyes en territorio ecuatoriano, cuando salieron con el cuento de la “persecución en caliente”, la de Santrich se fraguó en frío, a paso calculado de gato sobre ratón, sin más explicación que la de haberlo ultimado la gente de alias Gentil Duarte, jefe de una disidencia, metido en la casa ajena.
El comando de asalto usó armamento pesado, metralletas y lanza granadas, contando con información de inteligencia militar que les permitiera conocer la ubicación de la presa, precisión del lugar de desplazamiento y hora de rodamiento para su ejecución, en fin, toda una infraestructura que va más allá de la cuadrilla del operador sindicado.
A 4 kilómetros estaba ubicada una base aérea de la Guardia Nacional de Venezuela que ni se mosqueó; extraña conducta de un ejército bien dotado e informado, si atendemos las alertas de Diosdado Cabello advirtiendo recientemente en alocución por TV, sobre su preparación y entrenamiento, en el evento de un un conflicto entre ambos países, que daría lugar a la movilización de tropas Bolivarianas por tierra, mar y aire; aquí no hubo ni un traqui traqui de respuesta.
La incursión para dar de baja al
lider de las FARC Jesus Santrich, quien fuera contradictor del Secretariado dirigido por Timochenko, y recién agarrado con el otro ex secretariado y jefe del Partido de la Flor en Bogota, Carlos Antonio Lozada, de ser cierta la utilización de los disidentes de Gentil Duarte, a lo Talibán, marcaría indicios de una alianza de la derecha colombiana, la CIA y sectores de la Guardia Nacional, con las organizaciones que dominan militarmente las zonas de cultivo de coca en Colombia, que, valga decir, hace solo unas semanas, habían empezado a combatir en la zona fronteriza con Venezuela en confusos hechos en los que intervino el ejército del país vecino y que todavía no se explican con claridad.
Podría estar cocinándose una alianza como la dirigida por el general gringo Oliver North, a mediados de los años 80, conocida como el “Irangate” o “Irancontra”, quien promovió la venta de armas a Irán, prohibida por los EEUU, y con su producido financiar a las organizaciones contrarrevolucionarias nicaragüenses, aliados a los narcos; en este caso, podría ponerse en peligro la Paz de naciones hermanas, Colombia y Venezuela, que podrían verse envueltas en un conflicto atípico, utilizando desde el territorio colombiano a talibanes de nuevo tipo, bien entrenados y financiados, que sustituirían el ejército regular.
Hasta ahora nadie se ha explicado cómo llegó la información de la emboscada a Jesús Santrich, así como la afirmación de su baja, a la Revista SEMANA, quedando en el aire la duda de su origen en fuentes oficiales bien dateadas, que coinciden con la derechización del importante medio de comunicación.
Como en el juego de naipes, cuando se tienen tres ases, hicieron “tripichana” con la muerte de Jesús Santrich:
Se cobró Duque por la derecha el latinazgo “memento moris”, lanzado por el hoy difunto al primer mandatario, que lo calificó como amenaza de muerte; de suyo el gobierno ofrecía una recompensa de $3.000’ millones de pesos que, para pagarlos, pasará por la confrontación de la huella del dedo meñique con la q aparece en la ficha decadactilar que lleva la Registraduría Nacional del Estado Civil, como prueba insustituible de la identidad del hombre más buscado del país y por el cual se ofrece la suma mencionada.
Se despacharon los gringos que lo habían empapelado en un negocio de droga, para lo cual usaron al sobrino de Iván Marquez, Marlon Marín, como testigo de la DEA, suficiente para vincularlo al proceso abierto por la Corte de New York, que se sentían burlados cuando se les voló para evitar su extradición a los EEUU que lo
pedía; de hecho ofrecieron recompensa de US 10’ millones.
le saca partido la organización armada disidente de Gentil Duarte y demás grupos armados al servicio del narcotráfico, donde se disputan los corredores de la coca al Pacifico, a Venezuela y a los puertos del Caribe, que lo veían como un enemigo;
queda una incógnita en la conducta pasiva de la Guardia Nacional venezolana, que no respondió y tampoco se pronuncia todavía sobre qué fue lo que pasó..
Aprovechando una entrevista de Yamith Amat al Ministro del interior Daniel Palacios, en la noche del martes 18 de Mayo, el gobierno “sacó maletas”, afirmando que “.. era de esperarse su muerte violenta dada la actividad bélica de la disidencia en los corredores de la coca”.
Este round es de Duque, se cobró el “quizá quizá quizá”, el “memento moris”, palabras que tomó para sí como “amenazas de muerte” de Santrich; permitió, por acción – soto voce – u omisión, la violación de la soberanía territorial de Venezuela desde el territorio de Colombia; ademas, exhibe la infiltración de la Guardia Nacional y de la misma guerrilla disidente por agentes del equipo agresor que fueron indispensables en el golpe de mano y dan otro alcance al conflicto político multinacional contra Venezuela, usándonos de plataforma de lanzamiento para combatir el régimen bolivariano del vecino.
A diferencia del resto del país, a Jesús Santrich, en Barranquilla lo sienten muy suyo; lo lloran quienes lo conocieron como “Seuxis”, su nombre de pila, militante de la JUCO en su vida de estudiante de la Universidad del Atlántico, intelectual, amante de la buena música, bailador, pintor, escritor, revolucionario desde pelao, y su pinta de blanco lona a lo indígena arwaco con quienes compartió desde cuando vivió en la Sierra Nevada de Santa Marta, al vincularse al 19 frente de las FARC hace más o menos 30 años; su reaparición en La Habana y después en Bogota y Barranquilla, generó entusiasmo en amigos, camaradas y jóvenes que lo admiraban y apoyaban.
El país que vivió Seuxis tomó nuevos rumbos hacia las luchas masivas en las calles de las ciudades, campos y veredas quedando relegadas las llamadas “formas superiores”, como fue calificada la lucha armada desplegada en el campo y en la selva, durante el siglo pasado, lo cual entendió y plasmó en discursos y documentos que hacen parte del Acuerdo de la Habana, y que se propuso implementar en medio de contradicciones con sus propios compañeros del secretariado de las FARC, hasta su obligado retorno al “monte” para salvar el pellejo y continuar en un proceso que perdía arraigo frente a los cambios democráticos del cual fue artífice pero del que también fue alejado por la fuerza.
Ya se escribirán páginas sobre su Vida, ideas, escritos políticos, discursos, obra pictórica, creaciones culturales, la de intérprete musical, la de buen bailador, en fin, la expresión de su inmenso corazón Caribe que nunca lo abandonó.
Descansa en Paz Seuxis Paucias Hernandez Solarte, disfruta el reencuentro con tu amigo, Jesús Santrich, a quien honraste adoptando su nombre..!!
Aquí abajo, en esta tierra injusta, se impone la lucha de masas liderada por una Juventud que construye marchando su propio futuro..!!!