Así como narra Shakespeare la tragedia de Ricardo III, “Mi reino por un caballo”, exclamado por el desesperado rey tirado al piso en la batalla de Bosworth, la derecha colombiana, replica:

“Por la Fiscalía hasta el golpe de estado!!”

Teme esa derecha rabiosa quedarse por fuera del control de la entidad utilizada para urdir la persecución contra el gobierno popular que lidera Gustavo Petro, y está dispuesta a tumbar ilícitamente al Presidente.

Estamos en presencia de múltiples acontecimientos mucho más delicados y peligrosos para el estado de derecho de los que hicieron posible en el 2011 la liquidación del tenebroso DAS, aliado al Cártel de Cali, para perseguir a Pablo Escobar y a Gonzalo Rodríguez Gacha, “El Mejicano” y que propició el magnicidio de Luis Carlos Galán.

La derecha política construyó una Fiscalía paralela, su laboratorio de trabajo sucio, el de la tramoya para asesinar en el 2004 a Alfredo Correa D’Andreis, utilizando la sucursal Cartagena, donde montó testimonios clonados y fraguó el crimen aleve.

Fue en la Fiscalia corrupta al mando de Néstor Humberto Martínez, asesor del banquero Luis Carlos Sarmiento y de los negocios viales de Odebrecht, en la que, durante su ejercicio, fueron envenenados con cianuro el controller de la Ruta del Sol II, Jorge Enrique Pizano y de su hijo Alejandro, en noviembre 8 de 2018, precisamente, después de haber informado al señor Fiscal General de la Nación, cómo se alzaban con las coimas de Odebrecht, parlamentarios y gente de las campañas presidenciales de los candidatos Zuluaga y Santos, lo que se ha considerado por la prensa nacional e internacional, como el “escándalo de Odebrecht”, bautizado como la «mayor red de sobornos extranjeros de la historia» que le pringó la cara a presidentes, expresidentes y diferentes autoridades a lo largo de América Latina.

Ahora, es la Fiscalía de Francisco Barbosa y Martha Mancera la que queda al descubierto en un entramado de narcotráfico por el Puerto de Buenaventura, resultando señalada la segunda de encubrir al funcionario CTI, Francisco Javier Martínez, alias “Pacho Malo”, después de haber sido informada desde el 2021, por los agentes de esa misma entidad, Fabio de Jesús Gonzalez y Mario Fernando Herrera Aparicio, a quienes empapeló y quien sabe quién, asesinó al segundo, por haber identificado a “Pacho el Malo” Martínez ante su jefe Mancera, como la pieza clave del narcotráfico en el principal puerto del país.

Sabemos que no es toda la Fiscalía, de ella se salva su base humana, la Constitucional, la que intentó hacer el trabajo funcional y fracasó, más por cuenta de quienes la mal condujeron desde arriba que por la conducta transparente y sacrificada desplegada por funcionarios de carrera honestos, encargados de investigar y acusar, como representantes del ente portador de la acción penal en el sistema acusatorio – hace rato fallido-, al imponerse la que hoy sucumbe desviada e inmersa en el delito, la otra Fiscalía, la sórdida y truculenta que montaron en la sombra para enriquecerse en un mar de corrupción y violencia contra el sistema político democrático.

Tampoco se crea que es la Fiscalía el único puesto de tiro, ya que para dispararle al gobierno de la Potencia de la Vida, representado por Gustavo Petro, en nombre del Pacto Histórico, se han utilizado otras postas institucionales y paraestatales, similar a la ubicación de los cazadores en el tiro al jabalí, sistema empleado para asesinar al Presidente John F. Kennedy, combinando todas las formas de lucha legales e ilegales.

La potencialidad de las actuaciones revestidas de legalidad para golpear “al enemigo”, han sido instrumentos perennes en la vida política colombiana, una veces como revancha, culminadas las guerras en los siglos XIX y XX, y otras con la eliminación física del adversario.

Le sobran razones al Presidente Petro al denunciar a los urdidores del golpe de estado, precedidos de la ruptura institucional, y montados en esa “otra Fiscalía”, la sórdida que, con la finalidad de enjuiciar al Presidente por los topes de campaña, allanó la sede de FECODE el 24 de enero pasado, para caminarle a diente y empapelar a Ricardo Roa, su gerente en la justa electoral, actual presidente de Ecopetrol, en contubernio con el Consejo Nacional Electoral, entidades que han engavetado por años, la comprobada untada de coimas a las campañas de los candidatos del Centro Democrático.

Se torna ahora desafiada la honorabilidad de la Honorable Corte Suprema de Justicia, si cae en la trampa de esa derecha descompuesta que, so pretexto de “no acordar” a quién elegir de la terna, como cándidamente expuso el ex magistrado Jaime Arrubla, pueda justificar la dilación de la elección del nuevo Fiscal General, no eligiendo, en lo que se destapa como un juego peligroso urdido por conspiradores políticos bien identificados.

En la música se le llama “sostenido” al momento aquel que deba el intérprete subir el tono a la nota, utilizando en la partitura el signo “#”, que anuncia la hora justa de elevar.

Es esta hora de elevar el tono de la nota popular para confrontar a los golpistas.

El jueves 8 de febrero: Todos a la calle!

El Pueblo se respeta, carajo..!!!