Por: Redacción

El Presidente de la República ordenó al Ministerio de Hacienda retirar el proyecto de Reforma Tributaria que se encontraba en el Congreso. Este retiro significa que tenemos que construir un proyecto nuevo, por consensos, recogiendo las recomendaciones de los gremios, sindicatos, trabajadores, académicos y de distintos sectores, para que tengamos una ley que, en primer lugar, nos permita garantizar recursos necesarios para seguir dando apoyo a las familias más pobres y vulnerables de Colombia, que, como consecuencia de esta pandemia tan dolorosa, hoy están más empobrecidos. 

Según las cifras que nos mostró el Dane la semana pasada, 3 millones y medio de colombianos nuevos están haciendo parte de la pobreza en Colombia. Sin las ayudas que dio el Gobierno, serían 6 millones de compatriotas. Para seguir apoyando a estas personas, necesitamos una ley que nos garantice esos recursos y, al mismo tiempo, nos permita tener confianza de parte de los bancos en la economía colombiana. Si los bancos no confían, nos van a subir las tasas de interés y si eso sucede, vamos a tener menos recursos para invertir en las vías terciarias y en la gente más necesitada. Además, para garantizar la educación universitaria a los estratos 1, 2 y 3 en las universidades públicas del país, como es el deseo que tenemos.

Este es el momento en que todos tenemos que remar juntos para atravesar este mar tormentoso por el que está pasando nuestro país. Cuando hay una tormenta, hay que remar todos en la misma dirección, y el mundo entero está pasando por la tormenta de esta pandemia.

Colombia es un país que tiene oportunidades, que se ha levantado mil veces de las dificultades. No permitamos que, en este momento de zozobra, angustia, temor y preocupación; haya gente que se aproveche de la situación, con fines mezquinos e intereses políticos, sembrando odio y queriendo destruir a nuestro país.

Yo conozco el alma de los colombianos y conozco al pueblo en todas las regiones de nuestro país, y sé que es gente buena, trabajadora, noble, solidaria y generosa. Este pueblo colombiano no es un pueblo que destruye. Los que están destruyendo no representan el alma y el sentir de los colombianos.

No permitamos que sigan destruyendo los sistemas de transporte público, las vías y los activos nacionales, que son propiedad de todos. Logremos que Colombia, en este momento, se levante como una nación fuerte y decidida a enfrentar los desafíos de salir adelante, dejar atrás la pandemia y acercarse al futuro con una mirada esperanzadora.

Es esa esperanza que tenemos en la determinación de nuestras mujeres, nuestros jóvenes y nuestros colombianos. Evitemos que sigan destruyendo las empresas y los pequeños comercios. Evitemos que sigan asesinando colombianos en las calles y sigan matando a nuestros policías y soldados, que son parte del pueblo colombiano.

Tenemos que rechazar la violencia y defender nuestros derechos: el derecho al trabajo, al progreso y el derecho a una sociedad solidaria. Estoy segura que el Presidente, con  su llamado a la unidad nacional y a que nos sentemos en la mesa todos los sectores, no sólo para construir este proyecto nuevo, sino para seguir mirando hacia adelante y construyendo toda la agenda que necesita Colombia para recuperar la economía, busca recuperar más empleos y dignificar más la vida.

¡Apostémosle a ese futuro de Colombia, pidiéndole a Dios que ponga lo mejor en el corazón en cada uno de los colombianos!