Ni la cábala del cambio de atuendo de Néstor Lorenzo, quien optó por un blanco crema en lugar de su habitual vestimenta, ni la numerología de jugar un 25 de marzo de 2025 pudieron alterar el destino de la Selección Colombia, que dejó escapar una victoria clave en su camino a la clasificación.
El empate 2-2 contra Paraguay en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, correspondiente a la fecha 14 de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial 2026, dejó un sabor amargo. El equipo cafetero mostró su mejor versión en los primeros minutos, con un gol récord de Luis Díaz a los 40 segundos, convirtiéndose en el tanto más rápido de Colombia en la historia de las Eliminatorias. Jhon Jader Durán amplió la ventaja al minuto 13, pero Paraguay reaccionó. Junior Alonso descontó al cierre del primer tiempo y Julio Enciso igualó el marcador a los 62 minutos.
Este resultado deja a Colombia en la sexta posición con 20 puntos, en una situación incómoda para la clasificación directa. El equipo de Lorenzo deberá enfrentarse a Perú y Argentina en las próximas fechas con la obligación de sumar puntos para no depender de terceros.
Un empate que sabe a derrota
Más que un punto, el empate dejó una sensación de fracaso. Colombia dominó los primeros 15 minutos y aprovechó dos oportunidades para marcar, pero luego se diluyó. Paraguay mostró más carácter, no dio un balón por perdido y evidenció una jerarquía que Colombia no tuvo en los momentos clave. Mientras los guaraníes luchan por asegurar un lugar en el top 5, los cafeteros parecen conformarse con estar entre los seis que clasifican de manera directa o, en el peor de los casos, ir al repechaje.
Errores que costaron caro
El rendimiento individual dejó mucho que desear. Camilo Vargas tuvo un partido discreto y salió a destiempo en varias ocasiones, como en el primer gol paraguayo, cuando “salió a cazar mariposas en vez de balón”. La defensa fue inconsistente y mostró serias distracciones, mientras que James Rodríguez volvió a ser cuestionado por su falta de liderazgo y peso en el partido. Lucumí y Lerma fueron fácilmente vulnerados, dejando grandes espacios en la mitad de la cancha.
Richard Ríos, quien solía ser claro en su juego, estuvo errático, y Daniel Muñoz, uno de los laterales más destacados en la actualidad, no marcó la diferencia, al igual que Mojica. Sin desborde ni juego por las bandas, Colombia fue sometida por Paraguay, que aprovechó el exterior e interior del terreno de juego para presionar. Solo Luis Díaz mostró rebeldía y ganas de ganar, pero una golondrina no hace verano.
El verdadero enemigo de Colombia es Colombia
El panorama no es alentador. Aunque Colombia sigue en zona de clasificación, lo cierto es que más que los rivales, su mayor amenaza es su propia inconsistencia. El próximo enfrentamiento contra un Perú prácticamente eliminado será una prueba de fuego. Si el equipo no reacciona, el sueño de clasificar a otro Mundial podría quedar en el aire.
Colombia tiene que reflexionar, corregir sus errores y recuperar la jerarquía. Porque si sigue jugando así, su destino en el Mundial 2026 no dependerá de la suerte, sino de sus propias fallas.