La Selección Colombia se despidió de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026 con una de las actuaciones más contundentes de los últimos años. En el Estadio Monumental de Maturín, la ‘Tricolor’ superó 6-3 a Venezuela, en un duelo vibrante que dejó a la Vinotinto sin repechaje y consolidó a los dirigidos por Néstor Lorenzo como una de las potencias de la región.

El partido comenzó cuesta arriba para Colombia. Apenas al minuto 3, Telasco Segovia sorprendió con un disparo que abrió el marcador para Venezuela. Aunque Yerry Mina empató de cabeza tras un córner cobrado por James Rodríguez, la Vinotinto volvió a adelantarse con gol de Josef Martínez al 12’. La primera parte fue intensa y con llegadas de lado y lado, hasta que Luis Javier Suárez apareció al 42’ para igualar el encuentro antes del descanso.

En la segunda mitad, la historia cambió radicalmente. Suárez desató una noche inolvidable con tres goles consecutivos (49’, 59’ y 67’) que sepultaron las ilusiones venezolanas. La defensa local no encontró respuesta ante la velocidad y contundencia del atacante colombiano, que firmó un póker histórico con la camiseta nacional.

Aunque Salomón Rondón descontó al 76’ para poner el 5-3, el golpe final lo dio Jhon Córdoba apenas dos minutos después, sellando el 6-3 definitivo que enmudeció a la afición de Maturín.

Más allá del resultado, el compromiso estuvo marcado por las consecuencias en la tabla: Venezuela quedó matemáticamente eliminada de toda opción de repechaje, mientras que Bolivia, gracias a su victoria ante Brasil, se quedó con ese cupo. Colombia, ya clasificada con anticipación, cerró con broche de oro una eliminatoria en la que mostró solidez y variantes ofensivas.

El gran protagonista fue Luis Javier Suárez, quien se llevó la pelota a casa tras marcar cuatro tantos y convertirse en la figura indiscutible del encuentro. Su actuación lo perfila como una de las cartas más importantes de la selección para el Mundial.

Con este resultado, la Tricolor no solo reafirma su poderío ofensivo, sino que manda un mensaje claro: llega al 2026 en un gran momento, con jugadores en racha y una confianza colectiva que ilusiona a todo un país.