Por: Redacción
“Ante las adversidades, hemos aprendido que unidos podemos volvernos más fuertes. Eso es lo que vamos a hacer luego de los estragos del huracán Iota en las islas de Providencia y Santa Catalina, en donde implementaremos la ‘Casa itinerante de los derechos’, para que la Defensoría del Pueblo atienda a los ciudadanos de barrio en barrio”, explicó este miércoles el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
El proyecto consiste en construir un módulo de atención que sea trasladado a diferentes puntos de la isla de Providencia y tener cobertura en la prestación del servicio. Así, a la población afectada por el desastre natural de noviembre del 2020, se le restablecerán sus derechos y tendrán un acompañamiento en cuanto a su recuperación económica y social.
El módulo se construirá con el apoyo de la Fundación TECHO, que impulsa la formación y el fortalecimiento de liderazgos comunitarios, iniciativas de desarrollo comunitario y proyectos de mejoramiento de las condiciones de hábitat y habitabilidad. Y más importante aún es que se hará con la misma comunidad: al menos 15 jóvenes voluntarios de la zona.
Como también se trata de crear un sentido de pertenencia y tejido social, los habitantes harán un Mural sobre los derechos de la infancia raizal. Apoyados por la Entidad desde la creación de los bosquejos, hasta el trabajo de la pintura; la población plasmará por medio del arte lo que piensan al resaltar los derechos de los niños y las niñas raizales.
Asimismo, los funcionarios de la Defensoría del Pueblo orientarán a los usuarios en temas relacionados con la aplicación, garantía y cumplimiento de derechos humanos. De igual forma, recibirán sus peticiones, harán seguimiento a las mismas y acompañarán los respectivos procesos.
Además de apoyar la elaboración de medidas constitucionales y legales de reclamación de derechos humanos de esta población; promover la respuesta de las entidades estatales para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y legales; promover y divulgar los derechos de la población étnica, raizal y de la comunidad en general, en el proceso de reconstrucción de la isla y su recuperación económica y social, y fortalecer y empoderar la organización social y la participación comunitaria y ciudadana.