Vuelve y juega.

La Policía Nacional de Colombia confirmó en las últimas horas la captura del empresario Emilio José Tapia Aldana en la ciudad de Barranquilla, en cumplimiento de una orden emitida por el Juzgado Primero de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de la misma ciudad.

Según el comunicado oficial, Tapia fue notificado de la orden judicial mientras permanecía en una clínica y posteriormente quedó bajo custodia del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC). La captura se da en medio de la revocatoria de su beneficio de libertad condicional, solicitada por la Fiscalía General de la Nación, tras determinarse que incumplió sus compromisos de colaboración judicial y no aportó información relevante en los procesos en curso.

Los delitos y la condena

Emilio Tapia, considerado uno de los protagonistas del llamado “Carrusel de la Contratación” en Bogotá, fue condenado a 117 meses de prisión por los delitos de cohecho propio, interés indebido en la celebración de contratos, enriquecimiento ilícito de particulares y concierto para delinquir.

Tras años de escándalos judiciales, su nombre volvió a ocupar titulares en 2021 y 2022, cuando fue vinculado a nuevos procesos de corrupción en contratos tecnológicos del Estado, entre ellos el denominado escándalo del MinTIC y Centros Poblados, por irregularidades en la adjudicación de un contrato de conectividad rural por más de un billón de pesos.

Actualmente, Tapia está vinculado a por lo menos dos procesos activos relacionados con contratación pública irregular y presunto direccionamiento de contratos a través de terceros.

La caída en Barranquilla

Fuentes judiciales revelaron que Tapia habría intentado negociar su entrega voluntaria con el acompañamiento de sus abogados, temiendo por su vida debido a la información sensible que posee y que podría comprometer a funcionarios y contratistas del Estado.

Sin embargo, las autoridades confirmaron que la orden de captura fue ejecutada antes de concretar dicha entrega, mientras el empresario se encontraba en un centro médico de Barranquilla.

Tras la notificación, fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad al Comando de la Policía Metropolitana de Barranquilla, donde se realizó el proceso de legalización de captura, previo a su remisión al sistema penitenciario.

En redes sociales y medios judiciales, la noticia de su captura generó un inmediato eco. Analistas recordaron que Tapia fue uno de los articuladores de redes de corrupción en contratación pública, con nexos que se extendieron a varios departamentos del país.

Durante su periodo de libertad, había mantenido bajo perfil, aunque en círculos empresariales y políticos se especulaba sobre negociaciones informales con la Fiscalía para entregar información sobre otros implicados en casos de alto impacto.

La Fiscalía General de la Nación no ha emitido aún un pronunciamiento oficial sobre el futuro procesal de Tapia, pero fuentes judiciales anticipan que podría ser trasladado nuevamente a un centro penitenciario de alta seguridad en las próximas horas.

El comunicado emitido por la Policía Nacional subraya que la acción “se da en cumplimiento estricto de una orden judicial” y reafirma el compromiso de la institución en la lucha contra la corrupción y los delitos contra la administración pública.

La captura de Tapia se convierte así en un nuevo capítulo de la larga saga de impunidad y poder que ha rodeado a los protagonistas del Carrusel de la Contratación, una red de desfalcos que marcó la política y la contratación pública del país durante más de una década.