Las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Bolivia dejaron un resultado histórico: por primera vez en casi dos décadas el Movimiento al Socialismo (MAS) no estará en la disputa final por la presidencia. Los comicios no arrojaron un ganador directo y el país se encamina a una segunda vuelta que enfrentará al centrista Rodrigo Paz Pereira y al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga.

Los resultados de la primera vuelta

El conteo rápido arrojó un panorama inesperado para la política boliviana:

Rodrigo Paz Pereira (Partido Demócrata Cristiano): entre 31 % y 32,8 % de los votos.

Jorge “Tuto” Quiroga (Alianza Libre): entre 26,4 % y 27 %.

Samuel Doria Medina (Unidad Nacional): alrededor del 12 %.

Candidato del MAS: apenas cerca del 8 %, un desplome respecto a elecciones anteriores.

La normativa electoral establece que un candidato gana en primera vuelta solo si supera el 50 % de los votos o si alcanza al menos el 40 % con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo. Ninguna de esas condiciones se cumplió, lo que obliga a un balotaje el próximo 19 de octubre de 2025.

El derrumbe del MAS

El dato más contundente de la jornada es la caída del Movimiento al Socialismo, partido que bajo Evo Morales y posteriormente Luis Arce dominó la política boliviana desde 2006. El MAS, que en anteriores elecciones superaba cómodamente el 45 %, se desplomó a un histórico cuarto lugar, reflejo del desgaste interno, la división de liderazgos y el descontento ciudadano frente a la crisis económica e inflación.

Este resultado marca un cambio de ciclo político: por primera vez desde el inicio del siglo XXI, la izquierda no lidera la competencia presidencial.

El nuevo tablero político

Rodrigo Paz Pereira, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, emergió como la gran sorpresa. Con un discurso moderado, que combina propuestas económicas de mercado con sensibilidad social, logró captar el voto urbano y de las clases medias.

Jorge “Tuto” Quiroga, quien ya ocupó la presidencia interina entre 2001 y 2002, representa el ala más conservadora. Su campaña se enfocó en la recuperación de la confianza internacional, el control de la inflación y la seguridad ciudadana.

Ambos candidatos deben ahora tejer alianzas con las fuerzas que quedaron fuera del balotaje. El apoyo de Samuel Doria Medina y, en menor medida, de sectores del MAS podría ser decisivo.

Lo que está en juego

La segunda vuelta no solo definirá quién gobernará Bolivia los próximos cinco años, sino también el rumbo político de la nación andina:

Una transición hacia el centro moderado con Rodrigo Paz, o

Un retorno de la derecha tradicional con Tuto Quiroga.

En cualquier escenario, el 2025 ya se perfila como un punto de quiebre en la historia reciente de Bolivia, con el fin de una hegemonía que marcó toda una generación.