Bolivia acude hoy a las urnas para elegir a su próximo presidente en un escenario marcado por la crisis económica más grave de las últimas cuatro décadas y la fragmentación política de las principales fuerzas del país. Más de 7,9 millones de ciudadanos están habilitados para votar en unos comicios que podrían poner fin a casi veinte años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS).
La jornada electoral se desarrolla en un contexto de alta inflación —que superó el 23 % en junio, desabastecimiento de alimentos y combustibles, escasez de divisas y un creciente malestar social. La economía, junto con la estabilidad política, se ha convertido en el eje central del debate electoral.
El MAS, que gobernó Bolivia durante las últimas dos décadas, llega a las urnas profundamente dividido. La pugna entre el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales debilitó a la fuerza oficialista. Morales, inhabilitado por un fallo del Tribunal Constitucional, llamó a votar en blanco o nulo como forma de protesta.
Los principales candidatos

Las encuestas previas a la elección mostraron un liderazgo de los candidatos de la oposición.
Samuel Doria Medina, empresario y líder del Bloque de Unidad, figura entre los favoritos.
Jorge “Tuto” Quiroga, expresidente y candidato de Alianza Libre, también aparece con opciones de pasar a una eventual segunda vuelta.
Andrónico Rodríguez, joven dirigente que se apartó del MAS, intenta captar el voto progresista en un electorado dividido.
El oficialista Eduardo del Castillo, respaldado por Arce, no logró superar el 2 % en las encuestas.
Otros aspirantes como Manfred Reyes Villa también participan en la contienda, con influencia principalmente regional.
Una segunda vuelta en el horizonte
Las proyecciones apuntan a que ningún candidato alcanzará los porcentajes necesarios para ganar en primera vuelta (50 % de los votos o 40 % con 10 puntos de diferencia). De confirmarse, el país se encaminaría hacia un balotaje programado para el 19 de octubre de 2025, el primero en su historia reciente.
El papel del electorado
El Tribunal Supremo Electoral implementó restricciones para garantizar la transparencia de los comicios, entre ellas la ley seca, la prohibición del uso de celulares dentro de las mesas de votación y limitaciones al transporte vehicular.
A pesar del llamado de Evo Morales al voto nulo, los analistas coinciden en que la participación ciudadana será determinante para definir no solo al próximo presidente, sino también el rumbo político de Bolivia tras un periodo de marcada polarización.