El rastro oscuro del sicariato contratado entre Barranquilla, La Guajira y el Cesar
Por: Unidad Investigativa – El Espacio Noticias
El atentado contra el empresario Jorge Abisambra González, perpetrado el 24 de octubre de 2024 en Sincelejo, no fue un acto aislado. Tres hombres están hoy en prisión por el ataque, pero el caso revela una red criminal y política que se extiende más allá de Sucre. Las autoridades siguen el rastro de posibles determinadores del frustrado crimen, mientras surgen versiones que vinculan el hecho con conflictos previos entre Abisambra y poderosos personajes locales, incluidos Jorge Luis Alfonso López, alias el Gato, y el alcalde de Sincelejo, Yahir Acuña.
El ataque: ráfagas de fusil en plena Avenida Sincelejito

La escena del atentado sin victimas fatales, fue la Troncal de Occidente. Jorge Abisambra viajaba en una camioneta blindada con su esposa y dos acompañantes cuando fue interceptado por otro vehículo. Cinco hombres armados dispararon más de 40 veces con fusiles y pistolas. El blindaje del vehículo evitó la tragedia.
Uno de los agresores fue capturado en flagrancia con un fusil, una pistola y ropa distinta a la registrada en cámaras. Otros dos fueron detenidos meses después, en Sincelejo y Bogotá. Los detenidos son: Luis Alberto Molina Pérez, capturado el mismo día del atentado. Jorge Luis Padilla Rodríguez, detenido en Sincelejo y Fabián Antonio Martínez Arias, detenido en Bogotá.
Están imputados por homicidio tentado agravado, porte ilegal de armas de uso privativo y concierto para delinquir. La Fiscalía sostiene que se trata de un crimen por encargo.

El ataque presenta el patrón de las “oficinas de cobro” o “oficinas de sicariato”, redes criminales que prestan servicios de asesinato selectivo y cobran por resultados. Estas estructuras operan en La Guajira, Cesar y Bolívar, pero según el CTI, los contratos suelen gestionarse desde Barranquilla, punto neurálgico de alianzas entre crimen y poder político-económico.
Barranquilla: epicentro de la coordinación criminal
La Fiscalía y la Policía Judicial investigan si la orden de ejecutar a Abisambra salió de una célula ubicada en el área metropolitana de Barranquilla, desde donde se habrían contratado sicarios oriundos de La Guajira o del Cesar. aunque los actores materiales no logeraron el cometido esa noticias sigue generando grandes expectativas entre la poblacion.
Para nadie es un secreto que en la capital del Atlantico influyen: Redes de narcotráfico y lavado de activos, Empresarios en conflicto por tierras o deudas, Políticos con intereses oscuros en los entes territoriales, Oficinas criminales con capacidad armada y logística.
¿Quién podría estar detrás? Hipótesis de los posibles determinadores
Fuentes judiciales consultadas por El Espacio Noticias señalan que Jorge Abisambra fue señalado por alias el gatico de haber supuestamente entregado a las autoridades información clave sobre las presuntas actividades ilícitas de Jorge Luis Alfonso López, hijo de la fallecida Enilce Lopez “la Gata” y actualmente esta siendo investigado por varios delitos, aparte que cumple una condena bajo el beneficio de casa por cárcel.
Jorge Abisambra habría sido uno de sus colaboradores clave en temas financieros y logísticos, especialmente en el manejo de recursos del chance, el recaudo en efectivo y la financiación de campañas políticas. Aunque nunca ocupó un cargo público, era considerado un “hombre de confianza” en la sombra, con acceso a información estratégica sobre rutas del dinero, favores políticos y redes de seguridad privadas.
Diversos testigos protegidos y documentos judiciales sugieren que Abisambra mantuvo relaciones estrechas con Jorge Luis Alfonso López, alias el Gato, hijo mayor de la Gata, condenado por homicidio y señalado como uno de los herederos del aparato político-criminal construido por su madre. La relación con Jorge Luis habría evolucionado de la cooperación a la tensión, especialmente cuando Abisambra fue mencionado como presunto colaborador de las autoridades, entregando información sobre operaciones ilícitas, propiedades ocultas y testaferros del clan López, pero esa version no ha sido confirmada.
Presunto testigo incómodo
Varias fuentes cercanas a la Fiscalía y a la Policía Judicial señalan que Abisambra pudo haberse convertido en un testigo potencialmente peligroso para los intereses de figuras vinculadas a la Gata, entre ellos su hijo Jorge Luis, quien hoy goza del beneficio de casa por cárcel.
Esto explicaría por qué su nombre estaría en el radar de posibles retaliaciones, especialmente si se comprueba que entregó información que podría comprometer a exsocios o antiguos aliados del entramado mafioso que aún sobrevive en las estructuras de poder regional.
Abisambra también habría tenido diferencias personales con el alcalde de Sincelejo – Sucre, Yahir Acuña, uno de los políticos más influyentes del departamento.
Además del Gato y Acuña, otras figuras locales con intereses de contratación pública, o actividades comerciales en Sucre y otras regiones de la Costa Caribe, podrían haber visto en Abisambra un obstáculo o un riesgo, especialmente si era percibido como informante.
¿Cómo se financia un crimen por encargo?
La Fiscalía ha detectado: Transferencias a través de casas de giro sin trazabilidad Pagos en efectivo y vehículos. Contratos ficticios a través de empresas de vigilancia, construcción o publicidad. En este caso, se analizan al menos nueve movimientos financieros entre Barranquilla y Riohacha, registrados antes del ataque.
¿Quién es Jorge Abisambra?
Abisambra es un empresario sucreño, conocido por su actividad como prestamista, inversionista inmobiliario y operador logístico. No ostenta cargos públicos, pero ha estado vinculado a redes empresariales que chocan con intereses locales. Tras el atentado, ha colaborado con la Fiscalía como víctima.
En Colombia, el crimen no nace en la calle: se ordena desde el poder
La estructura que atentó contra Jorge Abisambra no fue improvisada. Fue planeada, armada, ejecutada y financiada. Pero quienes jalaron el gatillo son solo parte del engranaje. El verdadero poder —el que manda a matar— sigue escondido tras nombres respetables, cargos elegidos y empresas registradas.
Si la justicia no se atreve a capturarlos, y si los medios callan, el sicariato seguirá siendo el método más rentable de silenciar voces incómodas.