Informe especial | El Espacio Noticias
Por: Amalfi Rosales
El Clan del Golfo perdió a uno de sus articuladores más escurridizos. José Miguel Demoya Hernández, alias ‘Chirimoya’, fue abatido el pasado 5 de abril en zona rural de La Apartada (Córdoba), durante una operación quirúrgica de inteligencia liderada por el Gaula de la Policía, la DEA y la Fuerza Aérea. Detrás de la noticia, se esconde la historia de un hombre que combinaba armas, extorsión y un discurso camuflado de paz.
Alias ‘Chirimoya’, también conocido como ‘Julián’ o ‘J’, era el cabecilla del Bloque Julio César Vargas, una estructura del Clan del Golfo que operaba principalmente en el sur de Córdoba y Bajo Cauca antioqueño, extendiendo su control sobre rutas del narcotráfico, extorsión, minería ilegal y redes de sicariato.
El Ministerio de Defensa lo tenía en la mira desde hacía meses y ofrecía una recompensa por información que permitiera su captura. No era un delincuente cualquiera: se le atribuía la coordinación de múltiples atentados, desplazamientos forzados, y la ejecución del temido “Plan Pistola”, en el que fueron asesinados al menos 16 policías en retaliación por operativos contra la organización.
Una doble moral: hablaba de paz mientras organizaba la guerra

De acuerdo con información obtenida por el espacio noticias, antes de su muerte alias Chirimoya grabó un video donde hablaba de paz y de su supuesta disposición al diálogo. Sin embargo, ese discurso contrastaba con sus actos: mientras hablaba de reconciliación, ordenaba masacres y coordinaba ataques contra la fuerza pública y poblaciones rurales.
En su círculo más cercano lo describían como un hombre frío, calculador y despiadado, pero también astuto. Se movía protegido por redes políticas locales e incluso por autoridades corruptas, según versiones recogidas por investigadores y líderes comunitarios de la zona.
Su entierro, otro capítulo de impunidad y miedo

Alias Chirimoya fue enterrado días después en Ayapel, su municipio de origen, en medio de una ceremonia silenciosa y fuertemente vigilada por hombres armados. Las autoridades locales guardaron silencio, mientras en la región circulaban amenazas a periodistas y líderes que intentaran cuestionar el evento o hablar públicamente de su rol criminal.
Cifras del cerco al Clan del Golfo (2022–2025)
Desde la extradición de alias ‘Otoniel’ y la neutralización de figuras como ‘Siopas’ y ahora ‘Chirimoya’, el Estado ha intensificado su ofensiva:
Indicador | Dato |
---|---|
Jefes abatidos | 9 |
Miembros capturados | +300 |
Laboratorios destruidos | 52 |
Armas incautadas | +1.200 |
Policías asesinados en retaliación («Plan Pistola») | 16 |
¿Fin de una era o simple reconfiguración criminal?
Aunque su muerte representa un duro golpe a la estructura armada del Clan del Golfo, analistas advierten que el poder de esta organización no se ha debilitado de fondo. “La guerra sigue, pero con otros nombres. Cuando cae un jefe, otros ascienden”, afirma un oficial de inteligencia que pidió reserva.
Actualmente, el Clan del Golfo continúa reorganizándose, fragmentándose y delegando el poder en subestructuras más pequeñas que actúan con autonomía, lo que complica su desmantelamiento.
¿Quién era José Miguel Demoya Hernández?
Conocido con los Alias: ‘Chirimoya’, ‘Julián’ o ‘J’.
sus Zona de influencia: Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico y Bajo Cauca antioqueño, entre otras zonas.
Pesaban sobre el varias ordenes de captura incluso una circular Roja de Interpol por los Delitos de: Homicidio agravado, concierto para delinquir, narcotráfico, desplazamiento forzado, extorsión.
Sus estrategias se basó en acercarse a funcionarios para sacarles información de Inteligencia sobre operaciones del Estado, sobornos a autoridades, desplazamientos coordinados, control territorial con armas largas.
Su carrera se remonta a los días más oscuros del paramilitarismo:
- 2006: Se desmoviliza como parte de las AUC, en los bloques mineros del Bajo Cauca.
- 2008: Se reincorpora a las nacientes Autodefensas Gaitanistas de Colombia, hoy Clan del Golfo, como cabecilla zonal enfrentando a “Los Rastrojos” y “Los Paisas”.
- 2011 y 2015: Capturado por el Gaula en Córdoba. Liberado por vencimiento de términos.
- 2016: Designado cabecilla militar de la Estructura Roberto Vargas Gutiérrez. Inicia ofensiva contra “Los Caparrapos”.
- 2018: Bajo órdenes de alias Otoniel, toma el control de la Subestructura Uldar Cardona Rueda en el Bajo Cauca, consolidando extorsión, narcotráfico y minería ilegal.
- 2021: Asume como jefe de la estructura Manuel Arístides Meza Páez en Bolívar, Sucre, Atlántico y Magdalena. Enfrenta a disidencias y ELN por la Costa Caribe.
- 2023: Tras la muerte de alias Siopas, es nombrado jefe del Estado Mayor Conjunto.
- 2025: Es abatido en un operativo de alta precisión en Córdoba.
No actuaba solo tenia fuerte lazos políticos: Fuentes señalan vínculos con redes de poder local, aún bajo investigación.
La muerte de alias Chirimoya marca un hito en la ofensiva del Estado contra el Clan del Golfo, pero también pone en evidencia la complejidad de erradicar estructuras criminales profundamente enraizadas en el poder regional. La lucha continúa, y con ella, el desafío de proteger a las comunidades que siguen viviendo bajo el miedo.
Alias Chirimoya no era un delincuente común. En los esquemas de inteligencias se le veía como un hombre audaz, capaz de filtrar hasta la la información mas reservada de la fuerza publica y la justicia. Se desplazaba entre Ayapel, La Apartada, Montelíbano y zonas de difícil acceso del sur de Córdoba. Allí, coordinaba el cobro de extorsiones a contratistas, dirigía el control social de comunidades rurales, según fuentes cercanas a la estructura Julián actuaba como mediador entre estructuras armadas y redes políticas y empresariales.
La operación que lo abatió fue resultado de meses de seguimiento técnico, infiltraciones humanas y sobrevuelos tácticos. Participaron unidades del Gaula Policía, junto con un comando elite y unos agentes de la DEA tuvo apoyo logístico aéreo con tecnología de localización nocturna. No se reportaron bajas del lado de la Fuerza Pública.
El video que reveló su doble cara
Horas antes de su muerte, habría grabado lo que seria su ultimo video desde las montañas de Colombia. Vestido de camuflaje y rodeado de sus hombres armados, simulaba una intención de paz:
“Fuimos engañados del anterior procesos de Paz.” expreso.
Pero los informes de inteligencia ya lo tenían ubicado y confirmado como responsable directo de operaciones armadas. Mientras hablaba de reconciliación, sostenía reuniones clandestinas para ordenar amenazas, ajustes de cuentas y cobros ilegales.
El video fue autenticado por peritos forenses. Para los investigadores, era una jugada discursiva para ganar tiempo. Para las víctimas, una burla.
Alias Chirimoya era responsable del control de más de 1.500 hombres armados, y se le atribuyen decenas de homicidios selectivos, cobros de extorsión y la coordinación de cargamentos de cocaína hacia Centroamérica y Europa. Además, era considerado el principal articulador de la red de finanzas criminales del Clan, con injerencia sobre concesiones ilegales en minería y alianzas con carteles internacionales.


Inteligencia, drones y un cerco invisible
El operativo “Fiódor”, como lo bautizaron en clave, fue liderado por unidades especiales del Gaula Élite, apoyadas por inteligencia técnica, interceptaciones satelitales, drones camuflados y georreferenciación avanzada. La ubicación de Chirimoya fue confirmada tras varios días de seguimiento.
No hubo más bajas. La operación fue ejecutada de madrugada para evitar escudos humanos. Fuentes aseguran que la orden era capturarlo con vida, pero el cabecilla respondió con fuego. La neutralización fue inmediata.
Se pudo conocer que al parecer un antiguo socio fue el que paso la información sobre su paradero, al parecer seria alias «EL QUE NO VE» debido a su rivalidad dentro de la organización según cuenta la fuente.
Su muerte representa el golpe más certero a la estructura de mando desde 2022.
Estadísticas del cerco al Clan del Golfo (2022–2025)
Indicador | Cifra |
---|---|
Jefes abatidos | 9 |
Miembros capturados | +300 |
Laboratorios de coca destruidos | 52 |
Armas incautadas | +1.200 |
Policías asesinados por “Plan Pistola” | 42 |
Rutas de narcotráfico intervenidas | 18 |
Zonas más afectadas: Urabá antioqueño, sur de Córdoba, Chocó, Sucre y Bajo Cauca.
Desde el mes de abril de 2025, el gobierno colombiano ha intensificado una ofensiva militar, policial y judicial contra el Clan del Golfo, una de las estructuras criminales más peligrosas y extendidas del país. Los resultados han sido contundentes: más de 300 capturas, 15 bajas confirmadas y la destrucción sistemática de rutas, laboratorios y redes de apoyo logístico del grupo armado. Esta ofensiva responde, en gran parte, a la escalada de violencia conocida como el Plan Pistola, ejecutado por órdenes de cabecillas como alias Chirimoya, Barranquilla y Mayinbu.
En un operativo liderado por el Ministerio de Defensa, se logró la captura de al menos 217 personas, entre ellas 10 cabecillas regionales, señalados de ser determinadores de asesinatos selectivos, extorsiones, desplazamientos forzados y actividades de narcotráfico. Según fuentes oficiales, más de 113 capturados estaban encargados de tareas como la vigilancia armada, cobros extorsivos, transporte de cocaína y sicariato.
A través del Plan Júpiter, el Gaula Militar y la Policía Nacional lograron neutralizar redes urbanas del Clan del Golfo en ciudades como Medellín, Bogotá, Barranquilla y Cali, donde se detuvieron 159 personas, entre ellas 18 asociadas directamente con esta organización criminal. Simultáneamente, la Armada Nacional, en un despliegue sin precedentes en el Caribe colombiano, reportó la captura de 57 integrantes adicionales, con un énfasis operativo en los departamentos de Bolívar, Sucre y Chocó.
Además de los capturados, se contabilizan 15 integrantes del Clan del Golfo abatidos en medio de enfrentamientos con las fuerzas del orden. Las autoridades han resaltado que algunos de los abatidos eran objetivos de alto valor militar, con órdenes de captura vigentes, procesos por homicidio agravado y solicitudes de extradición por parte de Estados Unidos.
En el marco de estas operaciones, también fueron incautadas más de 6,8 toneladas de cocaína, 123 armas de fuego, 11 artefactos explosivos y 15.000 cartuchos de guerra. En zonas rurales de Córdoba y Antioquia, se destruyeron al menos 56 laboratorios de procesamiento de droga, evidenciando el alcance de la estructura financiera del clan.
De fondo, esta ofensiva busca debilitar el control territorial y político que mantiene el Clan del Golfo en regiones estratégicas, muchas veces con apoyo de actores institucionales o mediante alianzas con bandas locales. Las capturas masivas, junto con las recompensas ofrecidas por información clave, han desatado una fractura interna dentro de sus bloques armados, que podría derivar en más entregas, delaciones y extradiciones.
¿Qué sigue para el Clan del Golfo?
Con la caída de Chirimoya, el Clan pierde a un operador clave en el sur de Córdoba. Se anticipan disputas internas por el control del territorio. Las fuentes de inteligencia señalan a tres posibles sucesores:
- Alias Samuel: jefe rural en Ayapel.
- Alias Cocuyo: experto en minería ilegal, con vínculos políticos.
- Alias El Enano: coordinador de rutas fluviales hacia el Caribe.
Aunque los golpes han sido certeros, el Clan sigue teniendo capacidad de adaptación. Su lógica de red criminal —basada en rentas ilegales, corrupción local y control social— le permite mutar, reagruparse y seguir operando incluso sin sus cabecilla.
La caída de Chirimoya representa más que un logro táctico. Es una señal de que el trabajo articulado entre inteligencia, policía judicial y fuerza aérea puede quebrar estructuras criminales que parecían impenetrables.
Pero también es un llamado de alerta: mientras persistan los vacíos del Estado en los territorios, la impunidad judicial y las alianzas entre crimen y política, el Clan del Golfo no desaparecerá. Solo cambiará de rostro.
Sin embargo, también es un recordatorio inquietante:
Mientras existan condiciones de impunidad, corrupción y rentas ilegales, el Clan del Golfo no morirá. Se transformará.
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