La creciente tensión entre India y Pakistán ha encendido las alarmas de la comunidad internacional, luego de una serie de hechos violentos que amenazan con desatar una confrontación de gran escala entre dos potencias nucleares.

Todo comenzó el pasado 22 de abril, cuando un atentado en la región de Pahalgam, en el disputado territorio de Cachemira, cobró la vida de 26 turistas hindúes. India responsabilizó al grupo armado Frente de Resistencia, presuntamente vinculado a la organización yihadista Lashkar-e-Taiba, que opera desde territorio pakistaní. El gobierno indio acusó directamente a Islamabad de tolerar y apoyar el terrorismo transfronterizo.

Como represalia, India activó la denominada Operación Sindoor, una ofensiva aérea coordinada que tuvo como objetivo nueve presuntas infraestructuras terroristas en territorio pakistaní y en la zona de Cachemira bajo control de Islamabad. Según fuentes oficiales indias, los ataques fueron precisos y diseñados para evitar bajas militares o civiles.

Sin embargo, el gobierno de Pakistán denunció que algunos de los misiles impactaron zonas residenciales, incluyendo una mezquita en la ciudad de Muzaffarabad. Hasta ahora, se han confirmado al menos tres muertos y una docena de heridos. Islamabad calificó la acción como una “violación grave de la soberanía nacional” y advirtió que “responderá con contundencia si se repiten agresiones”.

Frente a esta escalada, el Secretario General de la ONU, António Guterres, hizo un llamado urgente a la moderación. A través de su portavoz, expresó: “El mundo no se puede dar el lujo de una confrontación militar entre India y Pakistán”, subrayando el riesgo que implica cualquier enfrentamiento entre países con capacidad nuclear. Además, solicitó que ambas partes retomen el diálogo diplomático y respeten las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

El Consejo de Seguridad se reunió de manera extraordinaria y a puerta cerrada para tratar la situación, y aunque no se emitió una resolución oficial, varios países miembros instaron a evitar provocaciones y priorizar una salida negociada.

El conflicto por la región de Cachemira, que se remonta a la partición de la India británica en 1947, ha generado tres guerras entre ambas naciones. Hoy, con un nuevo episodio de violencia, el mundo observa con preocupación el rumbo que tomen los próximos días.