Por: Jaime Guzmán
A veces creemos que con leer máximas, frases célebres o con conocer una reflexión, o con solo mirar o escuchar una fuente, somos más eruditos o estamos actualizados. Lo cierto es que quien generaliza cae fuera de foco o en un contexto indeterminado; para no ser despectivo, carecerá de coherencia.
Amigos y amigas: los invito no solo a conocer el porqué, cómo, cuándo, dónde, quién y para qué, sino a entender especialmente el contexto de los hechos.
No menos importante es el entorno sociológico del acontecimiento para así llevar a cabo una información objetiva, más si le sumamos los antecedentes.
Por lo tanto, para desarrollar un gran discurso de lo anteriormente mencionado, es esencial saber informar con argumentos, premisas, fuentes y hasta persuadir, rasguñando la hipótesis y llegando a una conclusión, marcando una tesis.
Ojalá los medios fueran más objetivos y dejaran de ser títeres del Estado y del gobierno.
Lo anterior se debe a que cada información, surgida de una investigación, ha sido «bautizada» o respaldada por algún padrino con altos niveles económicos.
Por ello se torna más sensacionalista y se transforma en «hiperparcializada», involucionando el progreso y trayendo consigo una línea de poder, mas no democrática.
Esto demostraría que el medio terminaría siendo un velo negro para la población, que posiblemente se sometería a ver un panorama gris y no claro.