Por: Jaime Guzmán

La pasión por el fútbol no tiene límites. Es una realidad que trasciende más allá de la historia de la humanidad, ya no como deporte y entretención, lo contrario, como negocio y poder mediático.

No es mentira, pero el balompié es el extasis del pueblo, la gravedad de las emociones en el ser humano… La pasión y el odio, la controversia, el escudo y los colores, el fanatismo, la humillación, la rivalidad..

Y si, tan solo juegan 11 vs 11 hombres que buscan siempre ser los héroes y vencer hasta el más piadoso de cualquier credo religióso, pues lamentablemente en los deportes como en este, donde todos se apiadan ante el Todopoderoso pues hay un eterno silencio, en un momento decisivo y no creo que Él prefiera uno que a otro de sus hijos… ¿Será que Dios es ateo en el deporte, especialmente en el fútbol?

Definitivamente quien cree en sus convicciones puede padecer por exceso de confianza, resultando ganador quien no lo merezca, lamentable el fútbol es de hacer mas anotaciones y no merecer por maniobras con el esférico; el arte solo déjalo al malabarista pero este deporte Inglés es de ganar o morir.

Y así vayas a la vanguardia, a toda marcha cual caballos galopantes de Benhur (Antares, Rigel, Altair y Aldebaran ) una contra producida por un inédito » heroe», en el último instante, quien corre vertiginoso podría vencer al cancerbero y final del juego.

Los esquemas de algunas escuadras son definidas. creería que por estrategia podrían llegar a vencer, pero el rival es capaz de tumbar estas murallas y más si la necesidad apremia acabar al León,por sobrevivir, trayendo públicos adeptos pero atencion no les garantiza ser el mejor del mundo como sucede con Messi y Ronaldo

Y el pueblo como los espectadores, los gladiadores como los deportistas de hoy en día, siguen siendo marionetas de algún tribuno o emperador, hoy gerente o gobernantes que se confabulan para dar pan y circo a los ciudadanos mientras la ética más en el suelo que balón en medio del campo, antes de iniciarse el gran espectáculo.

Cuál será el fin o la intención de este deporte, violentamente atractivo: entretener o cocificar , he ahí el dilema.