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La semana pasada se la pasó “sonando el Río” en la prensa nacional anunciando regulares noticias para el futuro portuario del país y con protagonismo centrado en la que se ocupa de nuestra querida Barranquilla.

Desde el Ministerio – así ha ocurrido en este gobierno – y no desde Cormagdalena, supimos que tienen bien cocinada y adobada la licitación para montar la nueva APP del Río Magdalena.

Si lo de Odebrecht no nos enseñó el daño que hizo la componenda debajo de la mesa, a punta de sobornos en todos los niveles, dirigida al amarre del negocio de la navegabilidad del Río Grande de la Magdalena, es porque somos demasiado idiotas o exageradamente vivos.

Después de leer la separata entera de domingo en el diario El Heraldo, quedan flotando preguntas apenas obvias:

Qué embeleco es ese llamado “Convenio marco de Cooperación ANI – CORMAGDALENA con la participación del Banco Interamericano de Desarrollo” a la que asignan el papel de “respaldar y colaborar en el proceso de estructuración” que ha de dar “certeza y seguridad”?

O afirmar, repitiendo lo que ya la Ministra había dicho, de haber tomado la determinación de “descartar la precalificación (publicada el 31 de octubre de 2019), hecha con base en los estudios en etapa de prefactibilidad, y cuyo objetivo era robustecer la maduración del proceso, antes de la apertura de la licitación”?

Dos asuntos que no pasan por desapercibido, si no cerraran en el objetivo “propuesto” de adjudicar la licitación en “ segundo semestre de 2.021”, asegurándola, en medio de la agonía de la víspera electoral presidencial que tiene en vilo al país entero.

Adjudicar la “navegabilidad” de los 668 kilómetros, desde Barrancabermeja a Bocas de Ceniza, en Barranquilla, en medio de un entramado tapado encomendado a terceros por Cormagdalena, hacen de este “vuelve y juega”, un proceso mas enrarecido que el coludido a Odebrecht, dado el protervo juego de fundir intereses de grupos económicos, políticos y financieros de la Región Caribe, en lo que se advierte como una componenda de intereses locales, con quienes se apropiaron de las zonas portuarias, desde PIMSA, en Malambo, hasta Barranquilla; del millonario dragado del lodo, de donde se apellidaron, negocio que tanto enriqueció a 4 avivatos conocidos del ex Presidente Gaviria, todo lo cual ha de volverse a tirar el tan anhelado proyecto de Nación.

El ridículo papel de Cormagdalena, en cabeza de su director que “se hace el pendejo”, bajo la sombra del Ministerio, al entregar, con abdicación concertada de sus funciones constitucionales y legales, al gobierno nacional, en especial la de ser conductor del proceso de contratación, para lo cual se diluyen ambos en la Agencia Nacional de Infraestructura, “con seguimiento del BID”, no es más que demagogia retórica para seguir amarrando desde el Ministerio el pingüe negocio
que tiene varios filones, el de la navegabilidad, con los 668 Km., pero, desglosando el último tramo, el de los puertos, prolongados ahora hasta Malambo, Pimsa, después de la construcción del nuevo Puente Pumarejo, más el sustancioso dragado y las denominadas obras rígidas y de litoral.

Resulta que este no es el primer asunto en el que Cormagdalena termina como un ente sin razón de ser, adoptando la “delegación” de los procesos de licitación a terceros, llámese Findeter, o ANI, o el propio Ministerio que se “apersonó” de aquello que debe conducir y firmar directamente el Director, sino que también incluye al gremio de Asoportuaria, que hoy trina más que el director del ente público, todo lo cual sería suficiente para liquidar, por sustracción de materia, lo que fue concebido como un conductor de la arteria principal del
País.

La propuesta de crear de la “autoridad portuaria”, una especie de “Gerente”, en cabeza de cadajefe político local, sería la cruz de palo sobre ls difunta Cormagdalena.

La primera conclusión a este entuerto es que la adjudicación de ls APP del Río se convirtió en parte de la Política Electoral hacia la Presidencia de la República.

En esa línea nada importó enterrar en esta misma semana de un río sonoro la quimera del Superpuerto Marítimo que jamás interesó a los que se acomodaron con los puertos locales en su mayoría construidos por la Nación.

El “proyecto de ciudad” con su solaz de Malecón prolongado hasta La Loma, abajo, estirado arriba a lo que será el Parque Ecológico de Mallorquin, no debe ser utilizado como señuelo para hacer sucumbir proyectos portuarios calificados oportunamente ni para hacer sucumbir el Superpuerto, cuyo documento CONPES y Licencia Ambiental siguen vigentes como proyecto de Nación.

Es hora que intervengan los entes de control, el Ministerio de Ambiente, tomando esa separata de domingo como prueba documental indicadora y suficiente para lo que denominaba la justicia un “ auto cabeza de proceso, llamando a explicar a los actores la grave omisión en el cumplimiento de las funciones constitucionales y legales de Cormagdalena; la asunción artificiosa de esas atribuciones ajenas por la ANI, por el Ministerio respectivo y por el sector privado, siempre repicando y ejecutando contratos de dragado, por la división artificiosa que dejaría el resto de frentes portuarios expósitos, mas allá de PIMSA, en Malambo; y sobretodo, por proponer salir corriendo a “adjudicar” la gruesa contractual antes de los pitos del 2021, cuando en marzo habrá elección presidencial que bien puede enrumbar el rescate de la navegabilidad y tratamiento portuario de manera distinta al gobierno que languidece en su último año.

Esto de la APP del Río trae su burro muerto con varios goleros picoteando el vientre soplado..