Opinión

Por: Alfonso Camerano

Ha llegado la hora de suspender el paro antes que se convierta en justificante de un golpe de estado, ante el éxito de la jornada nacional que tumbó la Reforma Tributaria y a su ministro gestor.

El Comité Nacional, que convocó la jornada nacional, debe dar la orden de suspender el paro para abrir el diálogo nacional con las fuerzas vivas del país y el gobierno nacional.

Son varias las razones:

Una, la reforma tributaria se cayó y con ella el Ministro Alberto Carrasquilla, lo cual es un triunfo de las fuerzas populares que convocaron la protesta nacional;

dos, el país entero, desde distintas orillas sociales, económicas, artísticas, políticas, se manifestó a favor de la jornada contra una reforma injusta, inoportuna y desigual, en medio de las profundas grietas sociales, con más del 50% de la población en la pobreza absoluta, como lo certifica el DANE, agravada por los desastres de la pandemia, que ha llevado a millones de colombianos a la miseria total;

tres, la prolongación de la protesta ha derivado en actos de vandalismo, condenados por todos ya que afectan sensiblemente la economía nacional, con la destrucción y el saqueo del comercio, llegando a paralizar toda actividad productiva, y haciendo más calamitosa la situación de gentes de sectores medios, sin otra fuente de trabajo, que bien pueden voltearse y girar contra el direccion organizada del paro.

Cuatro, la fuerza pública está siendo utilizada para crear condiciones de restricción de las libertades ciudadanas, enfrentando pueblo uniformado contra pueblo civil, a fin de justificar la conmoción interior, otrora estado de sitio, que sustituyó la Constitución Política del 86 y hoy amenaza la del 91, concebida en la filosofía garantista.

Quinto, la convocatoria no fue concebida para tumbar al gobierno o crear una situación revolucionaria que echara al piso el sistema político y económico, asunto que ya vienen aprovechando los contradictores de la ultraderecha, verdaderos confeccionistas del desastre social, para propiciar condiciones hacia un golpe de estado con o sin el presidente Duque, de quien ya reniegan, para someterlo o tumbarlo, so pretexto de su debilidad, y sustituirlo el régimen actual por un gobierno cívico militar, de corte fascista, suspendiendo las elecciones presidenciales, que tienen en vilo.

Cinco, de continuar se corre el riesgo de aislarse del resto de la sociedad que acompañó la protesta, situación que vienen alimentando, infiltrando la protesta con vándalos amaestrados, para justificar el sacrificio de centenas de jóvenes en nombre del orden que ellos mismos alteraron con el paquete de reformas para favorecer al voraz sector financiero y no socorrer las necesidades mínimas de un pueblo que muere de hambre.

La suspensión debe venir de la dirección del Comité Nacional de Paro; con el respaldo de los líderes de los partidos alternativos, llamando a un diálogo que afiance el pacto histórico por Colombia, nuestra patria.

Se abre la etapa del diálogo nacional con una mesa amplia, incluyente y de todos los sectores políticos, económicos y sociales.

Solo así construiremos un país más equitativo y amable para todos.