Alocución del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego

La voz del presidente Gustavo Petro retumbó en la tarde del viernes con un mensaje cargado de denuncias, advertencias y también de esperanza. Ante la Comisión Séptima del Senado y con transmisión nacional, el mandatario expuso lo que para él es la radiografía más clara de por qué la salud en Colombia ha sido terreno fértil de la corrupción y, al mismo tiempo, cuál es el camino que su Gobierno propone para transformar el sistema.

La Nueva EPS bajo la lupa

Petro arrancó su alocución con un golpe directo: la Nueva EPS, una de las empresas más grandes del sector, habría ocultado 5 billones de pesos. Lo hizo —según explicó— a través de un mecanismo tan simple como perverso: esconder 12 millones de facturas y presentar dos informes de contabilidad distintos, uno al Ministerio de Salud y otro a la Superintendencia.

“El dinero que debía atender a los pacientes terminó en otra parte. No iba para salvar vidas en 2023, sino para tapar deudas viejas. Y mientras tanto, lo que se gastaban era en chitos, papas fritas y paletas”, dijo el presidente, usando una metáfora dura para retratar lo que él considera el desangre de los recursos públicos.

Para Petro, lo ocurrido no es un hecho aislado:

Las EPS son un sistema de corrupción política, y este caso lo demuestra”.

Con tono severo, pidió que los responsables enfrenten la justicia: “El empresario de la EPS fracasó, debe declararse su quiebra, y yo creo que deben ir a la cárcel los que se robaron el dinero de la salud”.

El otro camino: prevenir en lugar de remediar

El mandatario contrastó ese escenario con lo que él ha llamado “el camino de la vida”: un modelo preventivo de salud que, según sus palabras, ya muestra resultados tangibles.

“No hablamos con carreta, hablamos con datos. Menos niños muertos, menos madres muertas, menos gente muerta”, enfatizó.

Los Equipos Básicos de Salud han sido la punta de lanza de esta estrategia: brigadas médicas que recorren barrios, veredas y territorios apartados llevando atención primaria, vacunación, controles y educación en salud. A esto se suma el fortalecimiento de la red hospitalaria pública y la exigencia a las EPS de invertir en prevención, aunque bajo un control más estricto del Estado.

En este esquema, explicó Petro, las EPS no manejarán directamente el dinero público, sino que su papel se limitará a funciones técnicas como la auditoría.

Reforma y libre elección

El presidente defendió con insistencia la Reforma a la Salud, asegurando que permitirá que el paciente escoja directamente su clínica, su hospital o su médico. “La persona, y no la EPS, será el centro del sistema”, afirmó.

Otro de los ejes de su discurso fue la formación del talento humano en salud. Con tono visionario, planteó la necesidad de abrir más facultades de Medicina y carreras afines en distintas regiones, gratuitas y accesibles, para que los futuros médicos y enfermeras sean jóvenes de La Guajira, del Pacífico o de los ríos amazónicos que decidan servir en sus propios territorios.

Ciencia y soberanía farmacéutica

Petro también dejó un anuncio que marca un hito:

“El año entrante abrimos el primer laboratorio público de producción de medicinas”.

La idea, explicó, es romper la dependencia del país frente a las grandes farmacéuticas, abaratar costos, garantizar acceso y, al mismo tiempo, impulsar la investigación científica.

El presidente cerró su alocución señalando que durante décadas los gobiernos habían “arreglado el camino a las EPS” para favorecer a los empresarios del sector, mientras la gente de a pie sufría las consecuencias de un sistema ineficaz.

Su mensaje fue claro: la salud no puede seguir siendo un negocio; debe ser un derecho. “La política pública de salud del gobierno debe fortalecerse y profundizarse, porque ha demostrado que previene la enfermedad y salva vidas”.

Un discurso que pone en jaque al sistema

La intervención de Petro, cargada de cifras, denuncias y anuncios, abre un debate profundo: ¿se acabará de una vez por todas el modelo de intermediación financiera de las EPS? ¿Habrá cárcel para los responsables del desfalco en la Nueva EPS? Y, sobre todo, ¿será capaz el sistema preventivo de convertirse en la columna vertebral de la salud en Colombia?

Mientras tanto, en medio de la polémica y los cuestionamientos, la ciudadanía escucha la promesa del presidente: que el dinero de la salud ya no se pierda en bolsillos privados, sino que llegue a lo más esencial, a lo más humano: salvar vidas.